LONDRES, REINO UNIDO (AFP).– El serbio Novak Djokovic se convirtió ayer en el primer jugador en ganar cuatro torneos Masters consecutivos al imponerse al suizo Roger Federer por 6-3 y 6-4, en Londres.
El número uno mundial logró su quinto Masters en total en un partido que mantuvo controlado durante la hora y veinte minutos de juego, con el que puso fin a una temporada soberbia.
Un Djokovic consistente, con alardes puntuales, bastó para vencer al tercero del mundo, un Federer que falló allí donde suele sobresalir, en el servicio y el revés.
Era la segunda final consecutiva del Masters entre ambos jugadores. Federer, de 34 años, aspiraba a ampliar su récord de triunfos en este torneo con una séptima corona, y Djokovic, de 28, a ser el primero en ganar cuatro consecutivos, cinco en total.
Djokovic ha ganado en 2015 tres torneos del Grand Slam -Wimbledon, Abierto de Estados Unidos y de Australia-, que elevan a 10 su palmarés de grandes torneos, y fue además finalista en el cuarto, Roland Garros, el único hueso que se le resiste.
La de ayer fue su decimoquinta final consecutiva. La última vez que no se clasificó para la última instancia de un torneo que disputó fue en enero de 2015, en Doha.
Los dos jugadores se habían medido ya en la fase de grupos, con una contundente victoria para Federer (7-5 y 6-2).
Doble falta para terminar
El inicio del partido estuvo marcado por los intercambios largos -18, 17 golpes- y la dificultad de los dos para mantener su servicio.
Djokovic golpeó primero y rompió el servicio del suizo en el tercer juego superando magníficamente una subida a la red.
Luego mantuvo el suyo gracias a sus dos primeros servicios directos aces, para abrir la primera brecha en el marcador, 3-1.
Federer pareció reaccionar propinando el primer juego en blanco del partido (3-2) y disfrutó en el siguiente de una ocasión para empatar, pero la desperdició con un revés que se fue fuera y Djokovic mantuvo las distancias (4-2).
Djokovic se anotó el set 6-3 con una nueva ruptura de servicio gracias a un fallo en la volea del suizo.
El segundo empezó con un Federer más metido pero incapaz de arañar el servicio de Djokovic.
El serbio estuvo a punto de inclinar definitivamente el duelo en el octavo juego del segundo set, cuando dispuso de tres oportunidades que no aprovechó.
Federer vendió cara su piel, y el último juego fue espectacular, con un intercambio de 32 golpes que se llevó el suizo. Sin embargo, en una nueva muestra de su inconsistencia, el suizo entregó el partido con una doble falta.