BUENOS AIRES.- El INTI incorporó un programa que facilita el análisis sensorial de alimentos, lo que lo convierte en el primer establecimiento estatal que ofrece a la industria detectar la percepción de los consumidores, desde la vista, hasta la textura -por ejemplo- de un yogur al desarmarse en la boca.
Se trata del programa Fizz, disponible en el Laboratorio de Evaluación Sensorial del Centro de Lácteos del Instituto Nacional de Tecnología Industrial
Si bien la mayoría de los usuarios se encuentran en el rubro alimenticio, también es utilizado por otras empresas, como las cosméticas, automotrices, de productos de limpieza y cuidado personal.
El análisis sensorial sirve para evaluar atributos de productos a través de los diferentes sentidos, y el programa es una herramienta que acelera y automatiza la tarea.
Antes de la llegada del software, tanto la recolección de datos como su tratamiento estadístico se realizaban manualmente, pero ahora la información se digitaliza de forma simultánea a ejecución de las pruebas de productos.
El programa permite diseñar experimentos, controlar protocolos de pruebas, capturar respuestas de manera automática, almacenar bases de datos y realizar estadísticas y gráficos.
Además, reduce de modo considerable el tiempo de análisis de la información suministrada por paneles entrenados y consumidores.
«La herramienta aporta nuevos mecanismos para tomar mejores decisiones en menor tiempo, reducir costos y generar más trabajo», aseguró el integrante del Laboratorio de Evaluación Sensorial de Inti-Lácteos, Germán Aranibar.
En este mismo sentido, Haydée Montero, jefa del laboratorio, señala que «a través del programa, son los propios consumidores quienes realizan la carga en el mismo momento en que llevan adelante las pruebas de productos, por ende, disminuyen los tiempos de entrega de los informes a las empresas».