A 28 años de la tragedia del lago Yehuin

Vista del lago Yehuin.

Doce personas murieron en el accidente, en diciembre de 1989; una de ellas, una niña de 10 años, nunca apareció.

RÍO GRANDE.- Pasaron 28 años desde la tarde del 10 de diciembre de 1989 cuando varias familias acampaban en el lago Yehuin y una lancha esperaba para salir de paseo: Subieron Cacho Gallardo, Mario Sura para conducirla, los niños se peleaban por ser los primeros en estar arriba.

“La nave partió a un destino fatal. Una roca invisible golpeó la quilla, sus ocupantes se convirtieron en náufragos”, recuerda el historiador Mingo Gutiérrez en su crónica en Mensajero del Río.

No había elementos de supervivencia ni se podía nadar si se sabía porque las aguas estaban al frío fueguino aun en primavera.

“Después vinieron las tareas de rescate, el dolor generalizado por quienes tenían a las víctimas entre su gente cercana, eran todas familias de aquí y el pesar contagió a la comunidad”, cuenta Gutiérrez.

Mingo relata que eran días donde debían “asumir las nuevas autoridades municipales pero se prorrogó el acto”. Los comercios eran espacios inquietos donde los dueños “se paraban en la puerta, con señales de impotencia, esperando que alguien pase y les cuente si alguien se había salvado, o cómo estaban los familiares que ingresaban a la condición de deudos”.

Las crónicas periodísticas e históricas son ambiguas en relación a los sucesivos días de conmoción y búsqueda, ante una comunidad que llegaba al lugar para colaborar con los rastrillajes, lo que incluso demandó cerrar la ruta para evitar un entorpecimiento de la labor que llegó a contar con rescatistas arribados de todo el país y de Chile. Las primeras esperanzas hablaban de que la embarcación tuvo que atracar en un punto alejado del bosque aledaño al lago, quedaron despedazadas con el hallazgo del primer cuerpo de uno de los niños en la costa, y a las pocas horas con el hallazgo de uno de los mayores.

Desde un helicóptero que rastrillaba desde el cielo, se halló flotando el cuerpo de Pedro «Cacho» Gallardo, quien era el único ocupante que llevaba traje de neoprene, pero tampoco lo salvó de fallecer a causa de un paro cardíaco.

Luego fueron varios días de una incógnita que acrecentaba aún más el dolor de las familias. Fue decisiva la colaboración de los buzos chilenos «cholgueros», que por acostumbramiento resistían más horas la inmersión en las frías aguas y finalmente pudieron encontrar la lancha hundida, junto a casi la totalidad de sus ocupantes, quienes por distintas circunstancias habían quedado aprisionados en el fondo del lago.

A este terrible saldo se sumó una incertidumbre, que aún continúa, por la desaparición de la pequeña Carolina Gallardo de 10 años, quien nunca apareció a pesar de que los rastrillajes se extendieron por mucho tiempo más. Luego vendría el silencioso dolor de las familias.

En Yehuin hay una cruz y una placa que recuerda el triste episodio. “Durante mucho tiempo la gente dejó de ir allí”, cuenta el historiador.

Las víctimas de la tragedia:

Mario Sura de 30 años

Cristian Sura de 5 años

Pedro Gallardo 35 años

Carolina Gallardo 10 años

Daniel Gallardo 7 años

Carlos Santana 47 años

Fernando Santana de 16 años

Rodrigo Muñoz de 10 años

Arturo Muñoz de 12 años

Cristian Muñoz de 12 años

Fernando Saldivia de 7 años

Fabián Alvarado de 6 años