En un mundo cada vez más interconectado, las redes sociales forman no sólo comunidades y grupos especializados, también abren debates e impulsan reflexiones sobre nuestros tiempos. En ese contexto, el “rol de la mujer” sigue siendo un tópico de interés en las narrativas actuales.
Por motivo del 8 de marzo, Día de la Mujer, consideramos necesario visibilizar el tema de la incorporación de las mujeres en disciplinas que están “masculinizadas”, con el objetivo de socializar los beneficios que esto trae al conocimiento, al mercado y a la economía. Con “disciplinas masculinizadas” nos referimos a aquellas que por mandatos o lógicas obsoletas quedan vinculadas a tareas técnicas o “hard skills” de los hombres.
Actualmente las profesiones ligadas al hogar, al cuidado de niños o de enfermos y a la educación están ocupadas de forma mayoritaria por mujeres. Así lo demuestra el Censo de Población y Viviendas de 2021 de España. A su vez, ellas continúan siendo minoría en las carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).
La Unesco alertó en abril del 2024 que a nivel global la proporción de graduadas es de un 35% y que este número no cambió en una década.
Como respuesta al alejamiento histórico de las mujeres al aprendizaje de estas disciplinas, observamos que ellas se están acercando a espacios de formación en trabajos técnicos, oficios e incluso fintech. Las mujeres buscan, agrupándose como herramienta más efectiva, ocupar lugares de representación.
Un ejemplo de esto es la Organización Chicas en Tecnología, que brinda capacitación, talleres motivadores y genera conocimiento a través de la investigación y la divulgación. Lo hace a través de un trayecto que facilita la inclusión de las mujeres en su educación y las acompaña desde la motivación hasta su desarrollo como profesionales en el mercado.
Frente a esto y recordando el sentido más puro de la formación en general, pero en particular de la permanente, es necesario resaltar la búsqueda de la democratización del conocimiento. Eso implica tener una perspectiva de género que rompa con ciertos estereotipos disciplinares dentro del diseño y planificación misma de la oferta de formación.
Es un trabajo consciente y constante para incorporar una visión de competencias y habilidades donde el conocimiento no limite el acceso a los y las profesionales o emprendedoras a aprender, formarse, especializarse y brindar su servicio a la sociedad.
Aceptando las virtudes y sensibilidades de los géneros es donde se enriquecen las disciplinas, e incorporando la diversidad es donde encuentra lugar la duda, la investigación y el conocimiento que tanto aportan al crecimiento social y económico de la sociedad.
Mujeres en el ámbito científico
El año 2025 marca el décimo aniversario del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia y el trigésimo de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, dos grandes hitos en el fomento mundial de la igualdad de género y la emancipación de la mujer.
La igualdad de género en el ámbito de las ciencias es crucial para construir un futuro mejor para todas las personas. Sin embargo, las mujeres y las niñas siguen enfrentándose a barreras y prejuicios sistémicos a la hora de emprender carreras científicas.
Cerrar la brecha de género en la ciencia requiere derribar estereotipos, promover modelos de conducta que inspiren a las niñas, apoyar el avance de las mujeres a través de programas específicos y fomentar entornos inclusivos mediante políticas y medidas que promuevan la inclusión, la diversidad y la equidad.