El panadero más famoso de Argentina, Emilio Sáez, llegó a Río Grande tras ocho meses de travesía para unir La Quiaca con Ushuaia. Su travesía bajo la consigna «Basura Cero» comenzó en agosto del año pasado y logró repercusión a nivel nacional. Cientos de vecinos lo recibieron en el Monumento del Cristo y lo acompañaron hasta el Monumento a los Caídos en Malvinas. “Para mi estoy soñando y seguramente me despertaré dentro de un rato”, dijo.
RIO GRANDE.- “No sé cómo explicarlo porque no lo esperaba, para mi estoy soñando y seguramente me despertaré dentro de un rato, y el cariño de la gente sé que no lo merezco, pero si están acá hay que disfrutarlo”, dijo ayer Emilio Sáez, tras su arribo a Río Grande luego de ocho meses de travesía para unir La Quiaca con Ushuaia.
Con su campaña «Basura Cero» como bandera, el panadero más famoso de Argentina llegó pasadas las 15 horas al Monumento del Cristo, donde lo esperaban cientos de vecinos junto a funcionarios provinciales y municipales.
El último tramo de su caminata prevista hasta ayer, que finalizaba en el Monumento a los Caídos en Malvinas, fue acompañado por quienes se acercaron a darle la bienvenida.
Allí lo esperaban un grupo de veteranos, por quienes Sáez expresó su respeto y agradecimiento.
“Tengo que llegar a Ushuaia, y después ir a Malvinas, porque los ex combatientes me han hecho ver otra realidad de lo que es Malvinas”, dijo Emilio, anticipando así su próxima aventura. “Quiero ir allá y eso será otra locura que creo que va a tener un final muy bueno”, señaló.
Sobre los ocho meses de caminata atravesando el país, Sáez recordó que buscó concientizar sobre la importancia del cuidado del medioambiente “intentando convencer a la gente de que no tiren basura, porque estamos contaminando el país de una forma muy alevosa”.
“Creo que nuestra juventud, nuestros hijos y nuestros nietos, no lo merecen”, afirmó.
Para Sáez “lamentablemente los argentinos hemos decidido hacer de las rutas un basurero a cielo abierto”, aunque dijo que se trata de una “triste realidad que la tenemos que revertir nosotros, los adultos, para entregarles un país un poco mejor a las nuevas generaciones”.
«Intentamos convencer a la gente de que no tiren basura, porque estamos contaminando el país de una forma muy alevosa y creo que nuestra juventud, nuestros hijos y nuestros nietos no lo merecen, ese es el verdadero motivo y por eso agradezco a la gente que de alguna forma u otra se suma», remarcó.
Y agregó: «Las causas que llevamos son buenas; basura cero; el Dr. René Favaloro y Malvinas, nos demostrarnos a nosotros mismos y al que quiera ver que la edad mucho sentido no tiene, porque si uno tiene ganas y pone tenacidad y constancia hace que las cosas se produzcan».
Malvinas en la mira
Consultado sobre su próxima travesía, Emilio mencionó a las islas Malvinas, señalando que «los excombatientes me han hecho ver otra realidad de lo que es Malvinas, y el cariño de la gente».
«Quiero ir allá y eso será otra locura que, yo creo, va a tener un final muy bueno», afirmó.
Estado anímico
Sobre los días de mayor esfuerzo físico que le demandó esta aventura de ocho meses por todo el país, Sáez reconoció que «hubo varios», aunque dejó en claro que «lo anímico nunca fue un obstáculo».
«La gente hizo que todo fuera una maravilla y hay una Argentina increíble que está esperando que pongamos un poco de sentido común y hagamos de esto un gran país, pero dependerá de nosotros», sostuvo.
El momento más emotivo de su arribo se dio en la rotonda que homenajea al padre José Zink, donde Emilio no pudo evitar quebrarse.
“Es un amigo del alma, he compartido muchos momentos con él y cuando lo vi ahí parecía que me estaba hablando, así que para mi fue algo muy emotivo y me di cuenta que estaba en Tierra del Fuego cuando lo vi al padre Zink. Realmente fue muy conmovedor y lo quiero mucho», dijo.
Sobre el recibimiento en su arribo a la ciudad, Sáez agradeció el apoyo y las muestras de afecto. «No sé cómo explicarlo porque no lo esperaba», admitió.
«Para mi estoy soñando y seguramente me despertaré dentro de un rato», sostuvo y entendió que «el cariño de la gente sé que no lo merezco, pero si están acá hay que disfrutarlo».
Basura Cero
Haciendo un repaso de su travesía, y el objetivo de concientizar sobre la basura en las rutas argentinas, Sáez dijo que «la provincia más limpia que vi fue La Pampa», entendiendo que «nosotros lamentablemente estamos en una de las provincias en las que no tenemos muchas cosas buenas para contar respecto a la basura que tiramos».
«Lamentablemente los argentinos hemos decidido hacer de las rutas un basurero a cielo abierto, es una triste realidad que la tenemos que revertir nosotros, los adultos, y entregarles un país un poco mejor a las nuevas generaciones», opinó.
Sin embargo, destacó que durante su viaje «hemos visto muchos brotes de esperanza en muchas provincias y muchas escuelas, donde realmente se está trabajando muy bien».