SANTIAGO (AFP).- Neymar empacó las maletas y dejó ayer la concentración brasileña en Santiago tras la dura sanción recibida por la Conmebol.
Vestido de negro, sin el uniforme del equipo, Neymar salió del hotel, después de ver la noche del domingo a su seleçao de vencer 2-1 a Venezuela y avanzar a los cuartos de final.
Desde la tribuna
La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) informó más temprano que no apelará la suspensión de Neymar, expulsado después de finalizado el partido que Brasil perdió 1-0 ante Colombia, en el que arrojó un balón al defensa Pablo Armero e insultar en los vestuarios al árbitro chileno Enrique Osses.
La Conmebol lo suspendió cuatro partidos, lo que le haría perderse el resto del torneo aún si Brasil llegaba a la final.
Y mientras la CBF preparaba la defensa de la que después desistió, Neymar entrenó normalmente con el resto del equipo.
Vacaciones forzadas
Neymar deja el equipo con una victoria y la moral en alto para enfrentar a Paraguay en cuartos de final.
Ayuda también la presencia del veterano Robinho, que asumió la tarea de lanzarse el equipo en la espalda e inyectó asimismo equilibro emocional ante la pérdida del mejor jugador.
El atacante entra así en vacaciones forzadas, que no caen mal después de la larga temporada con el Barcelona, en la que cosechó la triple corona.
Si Brasil no llega a la final o al partido por el tercer puesto, el habilidoso atacante del Barcelona de España deberá seguir cumpliendo la sanción durante las duras eliminatorias al Mundial Rusia 2018 que arrancan en octubre.