“El abuso sexual hacia los niños sigue siendo visto como un tabú”, dijo Micaela Rodríguez

Micaela Rodríguez brinda ayuda a través de la web, mediante el blog “Por una infancia sin dolor”.
“Los niños son amenazados y tiene miedo”, cuenta Micaela, sobre la situación de los menores que son víctimas de abuso.

Micaela Rodríguez tiene 19 años y es autora del blog “Por una infancia sin dolor”. Víctima de abuso, acompaña a otros jóvenes y niños en su misma situación desde la web. En diálogo con El Sureño dijo que “el abuso sexual hacia los niños sigue siendo visto como un tabú”.

RIO GRANDE.- La aplicación de la máxima condena al hombre que abusó sexualmente de sus dos hijas pone al descubierto un flagelo que azota a Tierra del Fuego y que evidencia la necesidad de más y mejores políticas públicas para prevenirlo y erradicarlo.

En 2017 hubo seis condenas por abuso sexual a menores en la provincia: El primer caso es el de un hombre que recibió 17 años de cárcel por someter a una menor desde que la niña tenía 7 y hasta los 16 años.

En agosto hubo dos casos. En el primero, el hombre fue condenado a cumplir una pena de 4 años de prisión por abusar de una niña que concurría a jugar con el hijo de éste. En el segundo, un expolicía recibió una condena de 11 años por abusar sexualmente de otro menor.

En septiembre hubo otras dos condenas. En la primera, el hombre fue sentenciado a 5 años de cárcel por abusar de una niña de 7 y al segundo, un hombre de 66 años, le dieron una pena de 6 meses por abuso a una menor.

La última condena de 2017 ocurrió en diciembre, cuando el Tribunal de Juicio condenó a 12 años de cárcel a un hombre de 37 años que abusó de una menor que estaba bajo su cuidado en la localidad de Tolhuin.

Pero en 2017, otros casos de abuso conmocionaron a la provincia y hoy se encuentran esperando sentencia. En mayo, el incendio de una casilla y la muerte de dos niños que habían quedado solos adentro, provocó estupor en la sociedad fueguina, especialmente luego, cuando el resultado de la autopsia dio como resultado que la niña, de 3 años, había sido abusada antes del incendio.

Lo mismo sucedió al conocerse el procesamiento de un empresario de Ushuaia, acusado de haber abusado sexualmente de dos niñas en la capital de la provincia.

El año pasado también produjo indignación el procesamiento de un sacerdote por dos hechos de abuso.

Otro hombre, Walter Ledesma, de Río Grande, había recibido la pena de 20 años de cárcel en diciembre de 2016 por el abuso sexual de dos de sus hijastros. Tras la condena, el hombre volvió a ser noticia dos veces el año pasado. La primera, cuando se le detectaron imágenes de pedofilia en la computadora que poseía en su celda, lo que significó su traslado a un calabozo con mayores restricciones. La última, cuando sufrió un ataque cardíaco y falleció en la guardia del Hospital Río Grande.

Prevenir para evitarlo

Micaela Rodríguez de 19 años, autora del blog “Por una infancia sin dolor” y víctima de abuso, acompaña a otros jóvenes y niños en su misma situación desde la web. Cuando tenía 16 años hizo visible su caso, poniendo claridad en la manipulación sentimental que ejercen los adultos sobre los niños que someten y mostrando el problema desde el lugar de la víctima.

¿Por qué es tan difícil para los chicos pedir ayuda?

Muchos de los niños son amenazados y a su vez, tienen miedo, vergüenza, culpa; el abusador los manipula de tal manera que ellos se sienten responsables de lo que sucedió, tienen miedo de que no les crean, casi siempre cuando el abusador es parte de la familia o alguien muy cercano y querido por todos. Incluso a veces ni siquiera saben que está mal lo que les están haciendo.

¿Cuáles son las señales que no deben dejar pasar las madres o los familiares?

Las señales del abuso sexual no siempre son físicas, por lo tanto los padres como el resto de la familia deben prestar mucha atención a los cambios en las conductas de los niños, su comportamiento, no pensar que todo lo que les sucede es por un simple berrinche sino pensar que puede haber algo más e indagar sobre lo que les puede estar pasando, si de ser un niño tranquilo pasa a ser muy vergonzoso, tímido, o por lo contrario, muy agresivo, hay que prestar atención. Hay que observar también la manera en la que juegan, muchas veces reflejan en sus juegos lo que es su realidad, como también pasa en los dibujos, y ante cualquier sospecha de abuso actuar y no quedarse callados. No pasar por alto si de un momento a otro no quieren ir a la escuela o con determinada persona, preguntar el motivo ya que no siempre es un capricho o algo de la edad. No se trata de estar paranoicos pero sí alertas en todo momento.

¿Por qué crees que se visibiliza tanto la violencia contra las mujeres y se esconde el abuso contra los niños?

El abuso sexual hacia los niños en varios hogares sigue siendo visto como un tabú, como algo de lo que no se habla, algo que si pasó, deben de callarse por temor a lo que puedan decir los demás. Un «problema de familia». Es una realidad que pocas familias quieren ver, un tema del que pocos profesores quieren hablar con sus alumnos, incluso hay padres que piensan que el hablarles a los niños y prevenirlos del abuso sexual puede generarles un trauma. La violencia contra las mujeres hace años también era algo de lo que no se hablaba, pero de a poco se fue sumando más y más información y muchas se animan a hablar, a denunciar, y sé que si nos comprometemos a luchar por la infancia vamos a obtener que más niños se animen a contarlo y más adultos a prevenirlo.

En tu opinión, ¿por qué ocurre con tanta frecuencia?

Al no haber tanta prevención del abuso sexual en la infancia, los niños son la «víctima perfecta» para los abusadores, ya que pueden manipularlos con facilidad, no pueden defenderse y decirles que no, porque la fuerza de un adulto es mucho mayor a la fuerza de un niño, y luego la falta de información hace que un niño pueda callarse también, el no saber que se está cometiendo un delito.

¿Qué tipos de casos llegan a vos?

Se comunican muchos padres preocupados porque sus hijos, que fueron abusados en su niñez, no pueden salir adelante. Sufren de pesadillas, miedos, muchas secuelas pero a su vez, en su mayoría, no asisten a ningún tratamiento psicológico. También hay adolescentes que me preguntan cómo lo pueden «olvidar» a lo que les respondo que no pueden olvidarlo pero sí superarlo, y los animo, tanto a ellos como a los padres a asistir a terapia. Hay casos en donde algún familiar o vecino sabe de una situación de abuso y al no querer ser cómplice me pregunta qué pueden hacer, como son de distintos países y la Justicia no actúa de la misma forma; pero les digo que depende de dónde sean busquen alguna comisaría o algún teléfono para hacer la denuncia correspondiente. La mayoría de los niños y adolescentes que me escriben fueron abusados por algún familiar o conocido de la familia y tienen mucho miedo de hablar, ya sea por amenazas, vergüenza o temor a no ser creídos.

CUADRO

DATOS OFICIALES

Elaborados sobre la base de los llamados recibidos en el 0800-222-1717 del programa “Las víctimas contra las violencias” entre el 19 de noviembre y el 19 de diciembre de 2016.

¿Dónde sucede el abuso?

53% de los casos, en el hogar de la víctima.

18% de los casos, en la vivienda del agresor.

10% de los casos, en la casa de un familiar.

¿Cuál es la edad de las víctimas?

47% de las víctimas, tiene entre 6 y 12 años.

28% de las víctimas tiene de 0 a 5 años.

25% de las víctimas, tiene entre 13 y 17 años.

¿Quiénes son los agresores?

75% de los casos, un familiar, de los que

40% de los casos, es el padre.

16% de los casos, es el padrastro.

¿Cuál es el género de los agresores?

89% de los agresores, son de género masculino.

7% de los agresores, son de género femenino.

4% de los casos, no hay datos.

¿Qué edad tienen los agresores?

49% de los agresores, entre 18 y 40 años.

39% de los agresores, entre 41 y 60 años.

12% de los agresores, más de 61 años.

¿Quiénes llaman a la línea 0800-222-1717?

63% de los llamados, un familiar.

20% de los casos, un conocido de la víctima.

8% de los llamados, la propia víctima.