La Asociación Rural de Tierra del Fuego dio a conocer un detallado informe sobre las consecuencias que genera la problemática de los perros asilvestrados en Tierra del Fuego, en sus aspectos económico y social.
RIO GRANDE.- Ya se publicó la primera parte de la nota sobre el documento presentado por la Asociación Rural de Río Grande denominado “el estado de situación de los conflictos derivados de las poblaciones caninas en Tierra del Fuego” (edición del lunes 21 de junio), y el objetivo en esta oportunidad, será ampliar los conceptos que allí se detallan, sin olvidar que el eje central que está presente en las más de 40 páginas que lo componen, es advertir el impacto que causa actualmente y que se incrementarán, cercenando el desarrollo de la provincia ante la falta de acciones políticas concretas.
En sus primeras, observaciones se indica que las acciones que se están llevando adelante en la actualidad para reducir la presencia de perros sin control demorarán varios años en producir frutos.
Advierten que “sin tomar medidas adicionales y sin un cambio en la organización de la sociedad, se estará condenando a la seguridad pública, a la fauna nativa y a las actividades productivas del ámbito rural a impactos irreversibles”.
Por experiencias estudiadas a nivel internacional, se indica que se debe enfocar el problema con una estrategia que desconozca los límites entre predios, es decir, donde todos los tenedores de tierras por igual, estatales y privados, reconozcan sus obligaciones y trabajen en conjunto para atacar el problema. Esto cobra relevancia cuando cerca de 40% de la superficie de la isla Grande Tierra del fuego corresponde a tierras fiscales, área protegidas o bajo dominio de organismos estatales.
Tenencia irresponsable
La fuente principal de reclutamiento de los perros sueltos en las calles de las ciudades proviene de los hogares mismos, debido a la tenencia irresponsable del hombre, afirman los técnicos que trabajaron para elaborar el informe.
Por ello, la estrategia a largo plazo para reducir el problema consiste en fomentar la tenencia responsable. Sin embargo, en el ámbito rural se requieren otras acciones específicas a fin de reducir inmediatamente la presión del perro asilvestrado sobre el ambiente y la producción. La sociedad es responsable de las condiciones de bienestar animal en la que viven tanto los perros callejeros o asilvestrados como la fauna nativa y el ganado afectado por ellos.
Hasta ahora el problema no se ha abordado desde una perspectiva integral, y en un escenario de expansión y agravamiento, en la actualidad existe una sensación de aparente resignación a convivir con el problema.
En este contexto, el documento pretende llamar la atención de la sociedad sobre la gravedad del problema y fundamentar las acciones que se están llevando adelante en diversos ámbitos. El documento revisa los impactos del perro en diversos componentes ambientales y productivos de la provincia, tanto urbanos como rurales, así como la normativa vigente y las acciones llevadas adelante por entidades con responsabilidad en la materia.
Impacto en la salud
Los impactos en la salud humana y en la seguridad alimentaria son diversos. Estos incluyen desde el impacto de las mordeduras hasta las zoonosis. La información disponible permite afirmar que no se está reduciendo este impacto en las sociedades urbanas de la Tierra del Fuego. El impacto sanitario de las mordeduras de perros es importante desde el punto de vista de las lesiones, la transmisión de enfermedades, y las secuelas de las mordeduras.
La evolución anual de las mordeduras de perros reportadas en Tierra del Fuego entre 2007 y 2013 muestra cierta estabilidad con un máximo en el año 2011 para después decaer, aunque los datos proyectados permiten sugerir que el máximo del 2014 será equivalente el del 2011.
Si se relativizan los registros de mordeduras a la población proyectada de Tierra del Fuego entre 2007 y 2013, se observa un leve incremento anual en las mordeduras por cada mil habitantes. Los grupos etarios más afectados corresponden a edades de entre los 5 a los 24 años.
La Brucelosis canina es una zoonosis que ocasiona aborto en las hembras caninas y lesiones y daños del aparato reproductor en machos. El hombre se contagia por consumo de alimentos, contacto directo o indirecto con animales infectados o por accidentes de laboratorio. En septiembre 2011 se registró un caso humano de Brucelosis por Brucella canis de la provincia de Tierra del Fuego. Desde entonces se está reportando la presencia de la bacteria en perros de toda la provincia.
En un estudio realizado en la ciudad de Río Grande se determinó la presencia del triple de perros infectados con el parásito productor de la Hidatidosis en relación al área rural. Tierra del Fuego posee casos confirmados de la parasitosis.
La Toxocariasis es una enfermedad parasitaria producida por el nematode ascarídio Toxocara, parásito gastrointestinal de los perros y gatos, y de otros cánidos y félidos silvestres. Los huevos y las larvas pueden permanecer infectivos durante meses y años. Por ello la mayoría de las plazas y lugares donde juegan o pasean los perros están contaminados con ellos.
El hombre la adquiere mediante ingesta de huevos infectivos por geofagia o por descuido en la higiene; las formas parasitarias terminan localizándose en varios órganos. Estudios realizados en espacios públicos de la localidad de Río Grande, arrojaron un 37,5 % de áreas positivas con huevos de T. canis, y 48,6 por ciento con estado larval infectante.
Un estudio similar en la ciudad de Ushuaia detectó un 25 por ciento de muestras positivas a huevos de T. canis y el mismo porcentaje de muestras con larva infectante en materia fecal de espacios verdes de esa ciudad.
Perros que matan
Sobre el estudio de su comportamiento, determinaron que se ha incremento tanto sus tamaños como las poblaciones debida a la incorporación continua de nuevos animales desde las ciudades, y su comportamiento de matar en exceso, lo transforman en un animal de altísima capacidad de daño.
Uno de los impactos más notables se da en las aves que anidan en el suelo, sus huevos y pichones.
En relación al guanaco, los productores reportan ataques de perros a guanacos, especialmente chulengos y animales jóvenes. Por otro lado, existirían interacciones de comensalismo con el zorro gris, otra especie exótica, y con aves carroñeras.
Una encuesta semicerrada realizada entre 2006 y 2008, que abarcó el 70% de los establecimientos rurales, reportó la presencia de perros en el 74% de los establecimientos, de los cuales el 81% sufrió algún tipo de perjuicio por esta causa, principalmente la muerte de ovinos, involucrando en aquél entonces más de la mitad de la superficie provincial dedicada a la producción.
En total durante el período se perdieron 32.725 cabezas ovinas y 77.566 kilogramos de lana, contabilizando 4.450.375 pesos de aquél entonces, una pérdida del 13,7 por ciento del ingreso total para los establecimientos rurales.
Los más afectados fueron los establecimientos cercanos a Río Grande y Tolhuin. Los datos más actuales corresponden a una encuesta realizada en conjunto que cubre el año ganadero 2012/2013 y aunque sus resultados se encuentran en proceso de análisis se puede concluir que el área afectada por la presencia de perros asilvestrados en la superficie de Tierra del Fuego destinada a producción animal se ha incrementado sostenidamente, de un 2,5 por ciento de en 1990 a un 69,3 por ciento en el 2012-2013.
Por otro lado, a lo largo de los 24 años que van desde 1990 a 2014 el área de afectación se ha ido incrementando hasta abarcar prácticamente a la mayor parte del ecotono y el sur de la estepa fueguina, aún cuando estos valores excluyen a las tierras fiscales, por lo que la superficie efectivamente afectada por la presencia del perro asilvestrado debe ser mucho mayor.
Además en la actualidad el perro asilvestrado está reproduciéndose exitosamente en el ámbito rural.