Multa por Lechuga, la mascota del colegio Padre Zink

Labraron una multa porque la mascota del colegio Padre Zink estaba suelta.
El refugio de Lechuga que vive dentro del establecimiento.


La Municipalidad de Río Grande multó al colegio Padre Zink porque la mascota de la escuela se encontraba suelta. Las autoridades hicieron una rifa para juntar el dinero de la multa aunque finalmente no se la cobraron.

RIO GRANDE.- El caso sucedió hace meses pero tomó trascendencia en el último tiempo y se remite al perrito Lechuga, una mascota que fue adoptada por las autoridades del colegio provincial Padre José Zink que se encuentra ubicado en calle Hermana Noemí María Ruiz 650 de la urbanización Chacra XIII de esta ciudad.

El Sureño pudo conocer la historia que da cuenta de un perrito callejero que desde hace años pasaba sus días en la puerta del establecimiento educacional. Tanto es así que ya era conocido por toda la comunidad escolar, más aun por los alumnos quienes pasaban a diario por las puertas del “cole”.

Los trabajadores del establecimiento no eran ajenos a esta situación y también se hicieron amigos de Lechuga. A diario comenzaron a alimentarlo y también lo adoptaron como mascota.

El hecho

A fines de 2017, el perro, que se encontraba en las afueras del establecimiento, fue detectado suelto por el personal del Departamento de Zoonosis de la Municipalidad de Río Grande quienes comprobaron que el animal estaba chipeado, por lo que se labró un acta de infracción hacia sus dueños, o sea, el colegio Padre Zink.

El caso es que, en ese momento, las autoridades del colegio se encontraban juntando dinero para otras cuestiones pero decidieron regularizar la situación de Lechuga; aunque el monto de la multa superaba lo que se había juntado así que se decidió hacer una rifa para conseguir lo que faltaba.

El monto de la multa ascendía, en un principio, a unos 2800 pesos y luego fue aumentada a los 3.600 pesos, aproximadamente, a causa de la actualización.

No fue cobrada

Si bien la situación no tomó trascendencia mediática en ese momento, El Sureño pudo tomar contacto con la directora del establecimiento, Alejandra Frank, quien explicó que Lechuga es la mascota del colegio desde 2015 aproximadamente.

El directivo aseguró que si bien se labró el acta y el Juzgado de Faltas la ejecutó, finalmente no se abonó porque intervino el personal de Zoonosis Municipal quienes argumentaron en el caso que escapaba a la normativa vigente.

Hoy Lechuga continúa pasando sus días en el establecimiento educacional, lugar donde tiene su “cucha” y donde es alimentado. Además cuenta con todas las vacunas y es controlado de manera regular por las autoridades sanitarias.