Veinte años después de haber reconstruido y resucitado en una isla frente a las costas de la Patagonia argentina el Faro del Fin del Mundo, una asociación francesa quiere reparar el monumento, cuyo sistema luminoso está defectuoso.
USHUAIA.- El Faro del Fin del Mundo, inmortalizado por Julio Verne en su novela homónima y también conocido como San Juan de Salvamento, había sido construido en 1884 en la Isla de los Estados, frente a la punta sureste de Tierra de Fuego.
Pero, los argentinos lo abandonaron a principios del siglo XX en beneficio del faro Año Nuevo, construido en 1902 en la isla Observatorio, un poco más al norte.
Un exmarino y aventurero originario de La Rochelle, en Francia, André Bronner, redescubrió los vestigios del faro en 1994, cuando pasó algunos meses en solitario en la isla. En aquel momento, no era más que «un montón de tablas y chapas».
El sexagenario relanzó la asociación que había creado e hizo un llamado para recaudar los 54.000 euros necesarios para la reparación. Espera iniciar las obras en la primavera (austral) de 2019
Decidió entonces crear una asociación para reconstruirlo, con la que reunió a más de un millar de adherentes y recaudó 350.000 dólares de donantes y mecenas privados, con el apoyo de las autoridades francesas y argentinas.
El nuevo Faro del Fin del Mundo se concluyó en 1998 en Anjou, en el oeste de Francia, y fue una réplica exacta de la primera construcción: un octógono coronado por una bola de zinc sobre un pequeño promontorio. Sólo que ahora, estaba automatizado y funcionaba con energía solar.
Se trasladó a Argentina y se instaló en la Isla de los Estados, donde empezó a sufrir de nuevo el embate de los «Cincuenta Aulladores», los violentos vientos de esas latitudes australes.
André Bronner regresó al faro con la Marina argentina en marzo, con motivo del 20º aniversario de la reconstrucción, y constató que «el sistema luminoso ya no funcionaba».
«El faro en sí mismo está en buen estado, pero la mitad de los paneles solares ya no funcionan. Hicimos una reparación improvisada pero ya ni debe funcionar. Hay que cambiarlo todo», declaró a la AFP.
Así fue que el sexagenario relanzó la asociación que había creado e hizo un llamado para recaudar los 54.000 euros necesarios para la reparación. Espera iniciar las obras en la primavera (austral) de 2019.
Poco después de reconstruir el faro de San Juan, Bronner convenció también a las instituciones locales de La Rochelle para construir una réplica frente al puerto de Minimes, en esta ciudad del oeste de Francia, con el objetivo de favorecer los intercambios franco-argentinos.
Este faro «gemelo» funciona desde el año 2000.