Victoria Mori, de Santa Fe al mundo

RIO GRANDE.- “Soy de Capitán Bermúdez, aunque nacida en San Lorenzo, donde fui reconocida como Ciudadana Ilustre”. Así se presentó Victoria Mori, la santafesina que se destaca en el mundo de la natación en aguas frías, y que la semana pasada participó en la primera competencia de la ISA (la entidad mundial que regula esta novedosa disciplina) en la Antártida.

SANTAFESINA. Victoria Mori, en la Antártida, con la bandera del municipio de San Lorenzo.


“En Argentina se está trabajando para que haya una filial de la ISA, en octubre hubo un evento en Ushuaia (Puerto Pirata, en Almanza), una milla náutica (1.852 metros) con 3 nadadores (2 argentinas y 1 chileno), en mi caso hice de veedora de la prueba”.

Al sur del sur
“Lo de la Antártida fue un emprendimiento de la ISA, la segunda vez que se hace en la Antártida, y el primero competitivo, para muchos fue la primera vez allí. Salimos desde Punta Arenas, Chile, fue un viaje de 12 días, arribando a Ushuaia”.
“El clima cambia constantemente allá, por eso hubo dos pruebas, la primera en Paradise Harbour, y la segunda, en cercanía del Correo Postal Británico. El primer lugar está donde se ubica la Base Argentina Brown, fuimos 14 nadadores, elegidos por sus antecedentes en el kilómetro, en mi caso son una de las más experimentadas, con 4 años y 9 participaciones en el kilómetro. Tuve un importante apoyo de la provincia de Santa Fe para participar, de la Cámara de Diputados y de Senadores, y de mis padres, soy hija única”.
El trabajo de adaptación fue previo, y cada nadador lo hizo en su país de origen. “Tras desembarcar pudimos hacer 200 metros, para probar el agua. No sé nada con neoprene, sí con cualquier tipo de malla aprobada por FINA, solamente hasta las rodillas, no se permiten las que se usan para aguas abiertas (hasta el tobillo). Sin ningún tipo de aislante, por dos motivos: no está permitido ningún elemento que sirva para retener calor, sería una forma de engaño para uno y los demás. Y al estar en la Antártida, hay que preservar al máximo el ambiente. Si me tiro con algún tipo de grasa, estoy arruinando la zona. Es una competencia, pero también se trata de mantener el estado natura de la zona”.
La prueba
“Hice el kilómetro, sin problema. Me sorprendieron un par de motivos: la temperatura del agua, a -1,4 grados, en Siberia y en Estonia había nadado con 0 grados. Y por el tiempo, fue muy rápida, pese a contar con agua en contra, así que la sorpresa fue positiva, me sentí muy bien. La recuperación fue muy rápida, los dos médicos (una rusa y un sudafricano) se sorprendieron con mi temperatura, largué con 37 grados y terminé con 35, esa es mi temperatura normal en el continente, así que no hubo una gran variación. Muchos nadadores salieron con 30, y una con 28 grados. La recuperación fue buena para todos, igual estaban preparados para cualquier inconveniente que se suscitara”.
La deportista, de 25 años, estudia la carrera de Odontología en la Universidad Nacional de Rosario, apuntó que “cada nadador iba acompañado con un segundo (una persona que se encarga de cuidarlo), que hablara su mismo idioma. En mi caso el único que hablaba español era Sergio Salomone, de Buenos Aires, como competimos en días diferentes, nos cuidamos entre ambos (él terminó 8º en la general, con 17:01)”.

Segunda
“Cada serie era de un máximo de 6 nadadores, quedé primera en mujeres (delante d ela sudafricana Sam Whelpton, 10ª en la general), y 2da. en la general absoluta. Mi tiempo fue de 12:02, la mejor marca fue de
Petar Stoychev (11:08), un búlagro que fue a cuatro Juegos Olímpicos, también consiguió el título mundial en aguas abiertas, en 25 kilómetros, y varias veces obtuvo el Gran Prix. En la Antártida nadamos en la misma serie”.
“Partíamos desde un iceberg, y en la llegada tocábamos un zodiac. Me tuve que cuidar bastante con la comida, porque no sabíamos con exactitud cuándo íbamos a nadar. Ingerimos muchos carbohidratos (pastas, arroz), al día siguiente tomábamos un buen desayuno, y después te decían que se suspendía la prueba, por el clima. En el barco había un gimnasio, ahí se podía hacer algo. El barco también tiene su historia, es alemán, lo bautizaron en Portugal, y los dueños y la tripulación son de Canadá”.

Continuidad
La historia deportiva de nuestra entrevistada, quien recientemente se incorporó al Rotary Club de Capitán Bermúdez (y en su paso por Tierra del Fuego recibió el apoyo de los asociados tanto en Ushuaia como en Río Grande), arranca con la natación en pileta, pasando luego por la de aguas abiertas y abocándose por último a la de aguas frías, compitiendo en forma internacional y representando a un club de Praga, la capital de la República Checa, detalles que ampliaremos en la edición de mañana.
“Hace tres años que voy, me siento muy bien allá. Hay dos circuitos simultáneos, el internacional, de la ISA, y el de República Checa. El local tiene competencia prácticamente todas las semanas, de noviembre a abril, el agua está en 4/5 grados en noviembre, ellos ahí consideran que arranca la temporada de invierno. Ahora estoy viendo si voy a mitad de diciembre o a principios de enero, y me quedo hasta marzo, en ese mes está el Mundial de Aguas Frías, en la distancia de 1 kilómetro, en Mursmark (Rusia)”.

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