Andrés Chalier y Andrés Bodach estuvieron de visita

RIO GRANDE.- Es tiempo en el que los pichones vuelven al nido. Esta es una época en donde los padres, en muchos casos, vuelven a reencontrarse con sus hijos; esos que volaron de casa a formar su futuro. Y en este caso, dos jóvenes basquetbolístas riograndenses están de paso por la ciudad, buscando descanso después de un primer semestre bastante agitado.

Se trata de Andrés Bodach y Andrés Chalier, dos chicos que, con realidades diferentes, hoy se encuentran fuera de la provincia persiguiendo su futuro personal, futuro que sigue siempre ligado con el básquetbol.

En los primeros días de este 2015, Andrés Bodach y su papá viajaron rumbo a Corrientes en donde el joven jugador -de apenas 14 años- iba a dar una prueba al poderoso Regatas. Y luego de varias charlas con el entrenador de primera división, Nicolás Casalanguida, y una buena evaluación de papá Bodach, Andrés desarmó su bolso con sus poquitas cosas personales y se sumó el equipo correntino en donde hoy, luego de seis meses, el fueguino se siente realmente muy cómodo.

Por otra parte, la historia de Andrés Chalier es bastante diferente, ya que este joven de 19 años de edad culminó sus estudios secundarios y decidió emigrar a la ciudad de Córdoba para continuar con sus estudios universitarios (hoy está en segundo año de la carrera de Kinesiología en la Universidad Nacional de Córdoba), y se reencontró con el basquet a principios de año, en un proyecto de Belgrano de Córdoba al que se sumó con mucha ilusión.

Hace unos días atrás, los dos basquetbolístas riograndenses se encontraron en el gimnasio Muriel, y allí pudimos conocer el presente y algunas cosas del futuro de dos chicos que tienen un gran camino por delante y un futuro prometedor.
Corrientes, su segunda casa
Andrés Bodach, (nacido el 3 de septiembre de 2000 en Río Grande) es uno de los pocos fueguinos que se encuentran viviendo la experiencia de jugar al basquet y perseguir el sueño de ser profesional, para vivir de ello.

Con 197 centímetros de altura, Andrés es uno de los “cuidados” por todos en el club, porque ademas de tener 14 años, el hecho de ser de afuera hace que le pongan mayor atención y todo el tiempo le están dando una mano en distintas cosas.

Por la mañana Andrés desayuna y va una hora al gimnasio, al mediodía, después de almorzar, asiste al colegio Centro Cultural Correntino, en donde está cursando su noveno año; mientras que luego tiene entrenamiento personalizado por la tarde y por la noche asiste al entrenamiento con todos sus compañeros, en donde juega con los de su categoría, los U-15, con los U-17 y los U-19. Además, el entrenador de primera división, Nicolás Casalanguida (con quien tiene una cercana relación), le recomendó a él y a otro compañero tomar clases de judo, para fortalecer musculatura, trabajar el equilibrio, el movimiento de pies y demás trabajos que se adaptan a los movimientos de un pivot bajo el aro.

Andrés vive en un departamento que le facilitó el club Regatas, junto con tres compañeros mas, y cuenta que se siente muy cómodo, que son pocas las veces que extraña, y que la compañía de los chicos es importante para no sentirse solo; aunque apenas supo que tenía unos días libres no dudó y se vino hasta la ciudad para compartir con la familia.

Así son los días y el presente de Andrés Bodach, un pibe humilde, sencillo y muy introvertido, que persigue el sueño de ser basquetbolista profesional en un medio muy difícil en el que no son muchos los que llegan.
Pirata fueguino

La historia de Andrés Chalier tiene otros ribetes, aunque también esta ligada con el básquetbol. Es que Andrés tuvo la posibilidad, como varios jóvenes fueguinos, de que su familia lo ayude para continuar sus estudios universitarios; y una vez instalado en Córdoba y luego de un tiempo de adaptación en la vida estudiantil y en la facultad, Andrés retomó el contacto con el basquet.

Con 19 años, Andrés se incorporó a principios de año al club Belgrano de Córdoba, club que está dentro de un proyecto de recuperación de la disciplina y que está trabajando para ascender y dejar lo mas alto posible.

Pero este Andrés tiene otro objetivo. Y lo tiene bien claro: y es el de capacitarse, recibirse y volver a la ciudad para volcar todos sus conocimientos en el básquetbol local para que los chicos de nuestra ciudad obtengan un mejor nivel basquetbolístico y no sufran ese cambio brusco que sufren todos los fueguinos cuando salen de la isla. Pero él no está solo en esta idea, ya que es el parte de un proyecto de amigos que vienen pensando desde hace tiempo, junto con Martín Teicheira, el Colo Agustín Aguirre y Francisco de los Santos, poder acoplarse con el trabajo del profe Pablo Márquez y potenciar el básquetbol. local.

Una idea un tanto ambiciosa pero no inalcanzable, de un grupo de jóvenes que tiene otra mirada y que ojalá ayuden al crecimiento de esta querida disciplina.

acho-pibes