En sus mensajes de Navidad, los prelados alentaron a recuperar el sentido profundo de las fiestas cristianas, animaron a «reconstruir los vínculos sociales rotos» y convocaron «a soñar otro destino para todos los argentinos».
BUENOS AIRES (NA).- Los obispos llamaron a los argentinos a no perder la «esperanza» a pesar de las dificultades económicas y pidieron no olvidarse de los pobres, que son «los que más sufren».
«A treinta y cinco años de la recuperación de las instituciones de la República, quisiéramos proponer una democracia que no olvide las auténticas raíces cristianas y culturales, y que cuide especialmente el trabajo y la educación.
Invitamos a escuchar este llamado de la Navidad y a soñar otro destino para todos los argentinos», señaló la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) en un comunicado.
Su presidente, el obispo de San Isidro Oscar Vicente Ojea, llamó a «reconstruir todos los vínculos sociales», especialmente en la Patria, que -advirtió- constituye «el desafío para poder transformar la realidad, con vocación de servicio».
También el cardenal de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli, pidió en esta Navidad «no olvidarnos del pobre y el enfermo que tenemos cerca», ya que entonces «Dios entrará en tu casa y bendecirá tu mesa».
«Permítanme prolongar en sus corazones algunas oraciones y súplicas a Dios propias de las circunstancias en las que vivimos: ‘Señor Jesús, quiebra nuestra sordera, ayúdanos a escuchar el grito de los pobres, y el grito de la tierra’, ‘Ayúdanos Señor a ser constructores de la cultura del encuentro’, ‘Señor Jesús, que a nadie falte trabajo y el pan en su mesa’», señaló en su mensaje el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Carlos Alfonso Azpiroz.
Su par de Corrientes, Andrés Stanovnik, pidió en su homilía que la Navidad de este año nos lleve «hacia los que más sufren, a los que no cuentan a los ojos de los demás y la sociedad desprecia y descarta».
«La Navidad nos trae un mensaje de fraternidad, de paz. Pero mientras haya inequidad se impone la anomia denominada como ‘la ley del más fuerte’ y se pisotea a los débiles. En Navidad Dios nace en fragilidad y se pone del lado de los postergados, de los que no cuentan», apuntó a su vez el obispo Jorge Eduardo Lozano, de San Juan de Cuyo.