RIO GRANDE.- El desafío de unir a pie Ushuaia con Alaska es una meta que se propuso Juan Pablo Savonitti, y que la comenzó a hacer realidad el martes 1º de enero. El viernes 4 arribó a esta ciudad, para descansar al día siguiente, y retomar el trote en la víspera, arribando hasta la Estancia Sara, y regresando al barrio YPF para pernoctar, y continuar la marcha hoy, cuando trasponga el límite fronterizo de San Sebastián.
El proyecto se complementa con donaciones que el deportista destinará a la Federación Mundial de Sordos. “Mi padre es sordo, y mi madre, hipoacúsica, así que crecí con la lengua de señas. Tuve un encuentro con la Asociación Chen Haitken, de lenguaje de señas, que nos esperó a nuestra llegada a Río Grande. Fue una emoción muy grande, la presidenta Stella Ruiz, también estuvo en el arco de Tolhuin, después fuimos a merendar a la panadería de Emilio”.
En la cuarta jornada en la ruta (Estancia Viamonte-Río Grande) lo acompañaron los fondistas Soledad Pacheco, Fabricio Flores y Daniela Bayerque, quien también fue de la partida ayer (pasadas las 11:00, desde el monumento a la Trucha), junto a Cristina Bustos, Víctor Hugo Pérez Castro y el juvenil mendocino Martín Ulloa. Luego se sumaron Ana Tosco, una atleta de La Pampa, y hasta una simpática perra (Coca), que se volvió con el grupo, tras 20 kilómetros junto al visitante.
Adelante
“El viento está difícil, pero mucho mejor que hace unos días, cuando llegué a Río Grande. Lo bueno es que no hay muchas subidas y bajadas, excepto en la zona del cabo Domingo. El tramo por Chile, después de cruzar el Estrecho de Magallanes, es ir por la ruta 9, primero a Villa Tehuelches, después a Puerto Natales y Torres del Payne, cruzamos la frontera por Cerro Castillo, Cancha Carrera (al norte de Río Turbio), pasamos por El Calafate y después tomamos la ruta 40. Por la 40 vamos hasta Cafayate, en Salta, continuamos a Salta, San salvador de Jujuy y la Quebrada de Humahuaca, hasta La Quiaca. Después, por el Paso de Jama, a 4.200 metros sobre el nivel de mar, cruzamos al desierto de Atacama, en Chile, visitamos San Pedro y seguimos rumbo a Perú”.
El ultrafondista añadió que “no cruzamos por el Abra de Acay (Nota de la redacción: el paso más alto del mundo por una ruta nacional, en este caso la 40, a 4.895 msnm, entre La Poma y San Antonio de los Cobres, en Salta) por una cuestión de dificultad, sino que preferí recorrer la Quebrada de Humahuaca, por la belleza y porque siempre me apasionó, por eso es que me desvío en Cafayate. Si continuase por los Valles Calchaquíes, de Cafayate a Cachi y La Poma, cruzando el Acay y yendo a Jama, sería más corto. Pero doy la vuelta, más larga, por un motivo pasional, para conocer esos lugares”.
Asistencia
A Savonitti lo acompaña Urbano Cardozo, un catamarqueño de Andalgalá, quien lo sigue a bordo de una Kangoo. “Juan Pablo me vio en una película sobre la travesía que hizo Rodolfo Rossi (desde La Quiaca hasta Ushuaia, también corriendo), así me conoció, me pidió que lo asistiera, y acá estamos. Vamos con mi vehículo, aunque no sé hasta dónde voy a ir con él, cuando ande por el norte del Perú voy a tener 80 años, ya no me permitirán manejar. En este caso voy detrás de él, a 10 kilómetros por hora. En mi zona, el gobierno está entregando todo a la minería, y es una lucha que me gustaría vivir”.
“Urbano Cardozo es un genio, que decidió acompañarme, ya tiene experiencias en estas locuras, acompañó a mucha gente, a muchos locos, digamos. Me va a acompañar lo más que pueda, esperemos que sea lo más posible, al menos hasta Bariloche lo tengo garantizado, por lo que me dijo, después veremos. Es una buena pregunta lo que voy a hacer cuando ya no lo tenga a Urbano, cuando eso suceda voy a estar solo, con un carrito. Y espero que corredores y ciclistas de esos lugares tengan la buena onda que encontré en Tierra del Fuego, que me han acompañado desde la salida, en Ushuaia, y me hacen más leve el recorrido, porque van hablando, contando experiencias. Siempre es mejor que estar solo, y pensando en otras cosas”, admitió Juan Pablo.
A buen ritmo
“Por ahora vengo muy bien, con un más que aceptable promedio (cuatro días desde Ushuaia a Río Grande, donde descansó el sábado, con un poco más de 50 kilómetros por jornada). Pero esto recién empieza, todavía no salí de la provincia. El próximo descanso va a ser en Puerto Natales o en Torres del Payne”.
El aventurero no cuenta con auspiciantes, aunque sí con muchas empresas que me apoyan, a través de canjes. “Sigo buscando auspiciantes, marcas deportivas, o cualquiera que me quiera apoyar en este proyecto, hay que tener paciencia, ya van a venir”.
El viaje está previsto para hacerlo en el término de 2 años y medio a 3 años: “si mantenemos este promedio seguramente puede ser menos tiempo. Es muy temprano para ir proyectando el tiempo total. La cantidad de kilómetros es de 50 a 55 kilómetros por día, hago 11 kilómetros y como algo. A los 30/33 kilómetros hago una siesta, de 20 ó 30 minutos, y almuerzo. Y después sigo hasta completar los 50/55 kilómetros, aunque siempre se va manejando, de acuerdo a cómo se presenta el día, sobre todo teniendo en cuenta lo que el cuerpo pida, no hay una regla estricta, hay que manejarse con sensaciones”, finalizó Savonitti.