La producción de las huertas va en crecimiento. Ya son cientos los productores que encontraron una salida laboral en este ámbito. A pesar de que existen muchos productores, la demanda local no alcanza a cubrir ni un 10% del total.
RIO GRANDE.- Elizabeth López Godoy es una de las tantas productoras de frutas, verduras y hortalizas que encontró una salida laboral trabajando desde su casa.
La chacra de Elizabeth se llama “Virgen del Carmen” y está ubicada en calle Rafaela Ishton 969, de la Margen Sur. Es en ese lugar donde la mujer, madre de 6 hijos, junto a José, su compañero de vida, llevan adelante uno de los viveros más grandes del sector.
En diálogo con este medio, la mujer, quien arribó a la isla hace unos 28 años, contó que cuando comenzaron con el vivero, en 2014, sólo lo hacían para consumo propio.
“En ese momento plantamos papas de distintas variedades, además de cebolla, perejil y otros productos que necesitábamos”, recordó.
Con el paso del tiempo, la pareja de trabajadores se incorporó al proyecto municipal de Huertas Urbanas. “El Municipio nos brindaba una cierta cantidad de plantines y nosotros debíamos generar los demás productos”, señaló.
“Trabajamos de esto desde hace años. Somos productores. Nos gusta consumir nuestros propios productos”, dijo la mujer.
Elizabeth aseguró que el mercado local no está cubierto y, “mucha gente podría trabajar como productor ya que es una salida laboral muy buena”.
En el vivero de Elizabeth se pueden conseguir papas, (en todas sus variedades), zanahorias, remolacha, nabo, rabanito, repollo, lechuga, perejil, cebolla, frutillas y muchas variedades de hierbas medicinales y aromáticas.
Según contó, la temporada de la producción de las huertas comienza a partir de agosto, aproximadamente, y se extiende, con algunos productos, hasta mayo del año siguiente. Son aproximadamente tres meses (en invierno) en los que no se puede producir. “En esos meses preparamos la tierra, acondicionamos las naves, preparamos plantines y realizamos diversas labores a la espera de la siguiente temporada, explicó la productora local.
Cabe señalar que para conocer dónde se encuentra cada productor local, existe un mapa interactivo con la dirección de cada uno. Además, prácticamente a todos se los puede encontrar en las ferias que se llevan adelante a lo largo del año.
La labor
Para lograr que los plantines alcancen el crecimiento óptimo para ser cosechados demanda alrededor de cinco semanas. En horticultura, este lapso de tiempo se denomina ciclo productivo.
Al mismo tiempo, los productores reservan una parte de su tierra para continuar con sus producciones habituales, entre las que se destacan otras plantas de hoja verde (acelga), aromáticas (ciboulette; menta; perejil, apio) y ruibarbo, entre otras.
Las asistencias técnicas que brinda el Municipio incluyen, entre otras cosas, desde la medición de PH en suelo; la implementación de buenas prácticas; el armado de camellones; microtúneles y riego, hasta el acompañamiento para la formalización de su actividad y la obtención de los registros correspondientes. Por tratarse de un programa integral, desde la Secretaría de Producción y Ambiente municipal pretenden avanzar por etapas en este sentido, hasta lograr que la totalidad de los productores se encuentren debidamente registrados.
La mayoría de los productores encuentra su canal de comercialización en la venta minorista en chacra o la entrega mayorista a mercados locales. Para los productores más pequeños, se encuentra disponible el espacio de las distintas ferias que se realizan durante todo el año.