A los 91 años de edad, a Horacio Callave le prescribieron un módulo de Internación Domiciliaria Ambulatoria. Servicio que prevé el PAMI a los afiliados. Desde el año pasado, la empresa Nativus Salud, encargada de brindar este servicio, persiste en la actitud de no responder los reclamos por el abandono de persona, de que se la acusa.
RIO GRANDE.- Horacio Callave, es jubilado de PAMI; tiene 91 años, y aún para su edad, goza de una salud admirable. Sin embargo, para preservarlo física y emocionalmente, se necesitan cuidados extra. Hoy, lleva presentadas dos cartas documento ante la empresa que desde el año pasado debería estar proveyéndole de un Módulo de Internación Domiciliaria Ambulatoria.
Este Módulo de Internación Domiciliaria Ambulatoria fue pedido por el médico de cabecera de Horacio, y establece dos visitas del médico por día; 2 o 3 vistas del enfermero y entre 4 y 8 horas de acompañante mensual. Este servicio está siendo facturado al PAMI para por lo menos 15 pacientes, en la ciudad. La facturación aproximada por estos servicios, ronda los 5 millones de pesos mensuales: “Estos Módulos, también para mi padre están autorizados a nivel nacional y provincial”, expresó Héctor, hijo del abuelo que denunció a Nativus Salud.
Desde septiembre del año pasado, don Callave, espera respuesta a necesidades básicas que desde la obra social, no le están proveyendo: “La empresa Nativus Salud, contratada para realizar las prestaciones, en principio empezó a proporcionarme medicamentos sin la supervisión ni indicación del médico de cabecera. Así mismo, no realizaba las dos o tres visitas al día que requería, y no proveyó al acompañante”, describió Callave en la primera carta documento, que envió al respecto, en marzo de este año.
“Mi padre, está bien de salud. El se para, camina por sí mismo. El médico le prescribió un acompañante y las visitas médicas por la avanzada edad, porque él, aún esperando en la guardia del Hospital para ver al doctor puede agarrarse una infección, y eso es lo que el médico no quiere”, explicó Héctor.
Horacio, concurre al Centro de Actividades para la Tercera Edad, varias veces a la semana, y tiene otras rutinas para mantenerse activo tanto física como mentalmente: “Yo, soy único sostén de familia, mi esposa se encarga muchas de las horas de su día a ayudar a mi padre, pero nosotros también tenemos una hija, con síndrome de Asperger, que realmente demanda de mucho tiempo. La prescripción del acompañante para mi padre, tiene que ver con la necesidad de que él no se sienta solo. Que alguien le ayude a recordar que tiene que tomar las medicaciones, que juegue a las cartas un rato, que lo vea a lo largo del día, mientras él no tiene otras actividades. Pero sin esto, él corre riesgo verdadero de enfermarse ¿Y yo qué hago si se me cae la salud de mi papá por eso?”, planteó nuevamente Héctor.
“La verdad que yo no me puedo quejar. Tengo el mejor hijo, la mejor nuera, que me ayudan mucho. Me compran zapatillas, campera, no me dejan salir así no más, sin cambiarme. Yo no quiero ser una molestia, y veo que se esfuerzan mucho”, reconoció a su vez, Horacio.
Las gotas que rebalsaron la paciencia de Horacio y su familia, son la falta de respuesta ante el pedido de reposición de las bolsas de colostomía. Luego, la familia denunció que hubo abandono de persona, y hasta manejos deshonestos de los recursos asignados al paciente, para el servicio de MIHA: “A la acompañante, la empresa Nativus Salud, nunca le pagó. El señor Claudio Medina, representante de la empresa en Río Grande, habló con la persona que yo había buscado (porque me dijeron que tenía que contratar a alguien yo); y quería que por el dinero asignado al pago de las visitas de mi padre, ella visitara a dos pacientes, la mitad de las horas correspondientes. Es muy sospechoso. Mi padre lleva presentadas ya dos cartas documento”, denunció el hijo de Horacio.
Actualmente, este jubilado de 91 años, debe limpiar las bolsas de recolección de su colostomía, exponiéndose a infecciones, él y las demás personas que utilizan las instalaciones sanitarias de la vivienda, entre las que se cuenta a una niña de 8 años. “Es lo que más preocupa, que me consigan las bolsitas, porque si me quedo sin eso, yo no puedo vivir. Es muy angustiante”, reconoció Horacio.
La familia, además, reconoció que no cuentan con el apoyo del Gerente de PAMI, el Dr. Joaquín Randón: “él apañó que se continúe sin prestación arbitrariamente, en contra lo prescripto por médico el Dr. Reyes del CEMEP, médico cabecera de mi padre. Hoy él tiene disminución de vista, en un ojo tiene la retina caída, disminución auditiva 60 %, reflejos y músculos propios de su edad disminuidos. Es por esas causales y para que no contraiga enfermedades infecciosas, que se pidió que no asista a centros médicos u hospitales, para preservar su salud. Esto no es un lujo”, insistió su hijo Héctor.