El Tribunal de Juicio Oral impuso ayer esa condena a Miguel Antonio Coria por un episodio sucedido en el año 2008. El imputado en sus últimas palabras continuó negando el hecho y pidió al tribunal que considerara su situación como padre de familia.
RIO GRANDE.- Los jueces Juan José Varela, Daniel Borrone y la subrogante Marina Montero; resolvieron ayer al mediodía aplicar la condena de 4 años de prisión a Miguel Antonio Coria por el delito de “abuso sexual gravemente ultrajante”, en perjuicio de una menor de 10 años de edad.
El proceso se remite al episodio sucedido en 2008 en el que Coria fue acusado de haber abusado de una menor, que era vecina a su vivienda, a la que llevó al baño y le introdujo los dedos en la zona vaginal.
La aplicación de la pena no afecta de manera momentánea la libertad de Coria, quien tiene una instancia de casación ante el Superior Tribunal de Justicia, haciéndose efectiva la pena una vez que la sentencia quede firme.
El 22 de mayo se estarán conociendo los fundamentos del fallo.
Marco legal distinto
La fiscal Verónica Marchisio aclaró que la condena impuesta por el Tribunal de Juicio se remite a un hecho de hace 11 años, cuando el Código Penal vigente era distinto al de hoy.
La acusadora del proceso explicó, “data de muchos años atrás, fue una investigación que comienza varios años después de sucedido el hecho, cuando la niña se anima a contarlo a una tercera persona que se lo cuenta a la mamá, y vienen a hacer la denuncia”, comenzó relatando.
El Código Penal al momento del hecho era distinto al de hoy, “la introducción de dedos en la zona vaginal era un episodio “gravemente ultrajante”, según se entendía en el código en ese momento”, y la ley es clara respecto de que el imputado debe ser juzgado a la luz de la normativa más benigna.
Por otra parte la fiscal consideró probado el hecho, “los peritajes realizados sobre la niña señalan que no había razón de que ella inventara una cosa y la sostuviera por tanto tiempo, asimismo hay informe, pericias, sobre la angustia sufrida por un episodio sexual del cual no podía tomar conciencia por su edad”.
Asimismo enumeró que las “pericias que constataron lesiones, cuando ella señaló no había tenido relaciones”, concluyó la Dra. Marchisio.