Una nueva ley, que ha ha entrado en vigor, tiene como objetivo proteger a la isla de la sobrepoblación.
A partir de ahora si alguien que no es de la isla quiere convertirse en residente, debe haber de por medio un hijo, nieto o padre que ya sea residente o que tenga un contrato para trabajar en una empresa local.
Unos ciento treinta mil turistas visitan el territorio insular cada año. En la isla de Pascua apenas hay poco más de siete mil quinientos habitantes.
Pero no se trata solo del número de personas sino de la creciente acumulación de restos y desechos.
Han tomado medidas para protegerse de la contaminación añadida, toneladas de basura que tiene que ser evacuadas por avión al continente. Más residentes también significa más basura.
A cuatro mil kilómetros al oeste de Santiago de Chile la cantidad de vehículos en la isla aumentó un 44 por ciento los último siete años, ahora hay un coche por cada dos residentes. Fuente: Compartiendo Turismo.