RIO GRANDE.- Sucedió anoche en el club Sportivo donde los niños de esa categoría, realizaban la práctica de fútbol cuando el niño tomó contacto con el arco.
El fin de semana un acto político tuvo lugar en las instalaciones deportivas del club, por lo que todos los elementos de la práctica deportiva habían sido corridos, siendo restituidos a su lugar el domingo.
Los arcos no fueron sujetados a la pared, como usualmente se hace por seguridad, con cadenas que toman al arco desde el travesaño. Esto hizo que la estructura de uno de ellos se fuera hacia adelante, rozando el travesaño la cabeza del niño, que sufrió cortes leves.
«Vivimos un gran susto» dijeron testigos que rápidamente socorrieron al menor, llevándose a cabo un inmediato operativo con unidades de emergencia que lo asistieron en el lugar.
El menor fue asistido por el corte y se le colocó de manera preventiva un cuello ortopédico, siendo trasladado al hospital en una ambulancia, en compañía de su papá, Carlos González de 43 años.
Las actividades fueron suspendidas en el club y de hecho se tomó la decisión de quitar definitivamente los arcos por otros más livianos, respirando todos aliviados por un descuido que afortunadamente servirá para evitar una tragedia.
Un triste antecedente
En este tipo de episodios llega a la memoria de los riograndenses el lamentable antecedente, y que como caso testigo ha servido para que muchos clubes y gimnasios tomen las medidas de seguridad necesarios en este tipo de casos.
Se trata de la tragedia ocurrida el 28 de abril de 2002 en el polideportivo Cantera, donde un niño de 8 años, Braian Costan, perdiera la vida por la fatal caída de un arco sobre su cabeza.
El pequeño había acompañado a su papá a un torneo de fútbol de empresas petroleras, y jugaba en una cancha contigua, cuando desde el otro lado movieron la red para sacar la pelota, lo que levantó el arco desde la base para que se precipitara fatalmente sobre el niño.