En el ámbito de la política se vivieron horas sumamente agitadas antes del cierre del plazo previsto para la presentación de listas.
BUENOS AIRES (NA).- Concluyó -por fin- la danza de nombres con la confirmación de las listas que los votantes encontrarán en el cuarto oscuro en las próximas elecciones y ahora sí, se largó la campaña electoral 2019.
Al menos eso indica el reglamento de los comicios, la «letra fría». El pulso de la realidad, de todos modos, sugiere otro escenario: uno en el que la enorme mayoría de los argentinos están enfocados en otros asuntos.
Posiblemente vinculados más con la economía del día a día que con los nombres designados, por ejemplo, para integrar cada una de las nóminas de los frentes que competirán en las elecciones que se avecinan.
Las negociaciones podrían tildarse de frenéticas y algunas contiendas se resolvieron a último momento.
Hubo ganadores y perdedores
Algunos referentes políticos, como el líder de la agrupación ultrakirchnerista La Cámpora, Máximo Kirchner, lograron designar a más delfines en las nóminas de precandidatos, y otros, como el abanderado de la «rosca» política en filas del oficialismo Emilio Monzó, menos de los que esperaba.
Otros, como el intendente de Tigre, Julio Zamora, consiguieron defender con el aliento final sus intenciones con vistas a los próximos comicios: en este caso, resistir la embestida massista y conservar sus ambiciones de ir en busca de una reelección en ese distrito del norte del Conurbano.
De cualquier manera, se torna virtualmente imposible para el ciudadano de a pie digerir así de repente, de un día para el otro, tanta información electoral junta.
¿Quiénes son los precandidatos? Y no los integrantes de las fórmulas presidenciales, porque esos en mayor o menor medida son gente conocida.
Los que pretenden alzarse con una banca en el Congreso, de cada una de las agrupaciones, los que encabezan y en especial, los que completan y llenan las listas. ¿Cómo conocerlos a todos?
«Campaña sucia»
Deberá encargarse probablemente la prensa de desmenuzar en la medida de sus posibilidades esas nóminas de postulantes y ayudar así a presentarlos en sociedad.
En este caso, buscando lógicamente destacar sus virtudes: ¿a qué se debe su precandidatura a diputado/a o senador/a de la Nación? ¿Cuál es el mérito que ostentan?
También los medios de comunicación podrían resaltar sus defectos, aunque se espera que en las próximas semanas, ahora que el reglamento de las elecciones indica que se ha puesto en marcha formalmente la campaña electoral, sean los partidos políticos – adversarios- los que se dediquen a ese menester.
Seguramente comenzarán a conocerse de a poco historias desafortunadas de algún que otro precandidato ventiladas a la prensa con la intención de embarrar la cancha o directamente apartarlo del camino hacia las urnas.
Porque, en definitiva, así es la política cuando de una elección se trata y suelen producirse «campañas sucias».
Mientras tanto, en el ámbito del Gobierno, podría decirse que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quedó fortalecido como estratega electoral del macrismo tras el cierre de listas.
A su vez, Elisa Carrió logró ubicar a integrantes de su tropa en lugares preponderantes y en cierta medida el radicalismo también resultó favorecido, tras haber fallado en su intención de lograr que sea un correligionario quien acompañe al mandatario Mauricio Macri en la fórmula presidencial.
El dato más llamativo se conoció con nombre y apellido, Daniel Lipovetzky: el diputado nacional quedó fuera de la consideración después de haberse convertido en un emblema de los pañuelos verdes durante el debate legislativo sobre el aborto y del revuelo mediático que generó su presunta «asesora hot» en el Congreso, a mediados del año pasado.
Lo cierto es que la cabeza del ciudadano argentino promedio apunta hacia otra dirección hoy por hoy. En especial después de conocerse los datos oficiales sobre el aumento de la desocupación en una Argentina en donde el incremento del costo de vida aún no da tregua.
Este año, además de Presidente y Vicepresidente, las urnas deberán establecer nombres propios para la renovación de 130 bancas en la Cámara de Diputados y 24 cupos en el Senado por parte de la ciudad de Buenos Aires y las provincias de Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego.
Alberto Fernández
El candidato presidencial del Frente de Todos consideró ayer que La Cámpora «cedió» en el cierre de listas, ya que luego del recambio legislativo «va a tener la mitad de los diputados que tiene» en la actualidad.
«La Cámpora, que reúne jóvenes muy valiosos, sólo ha cedido en esta elección. La Cámpora tendrá en el próximo período legislativo creo que la mitad de los diputados que hoy tiene», contestó, tras rechazar que la agrupación que responde a Máximo Kirchner pobló las listas de integrantes de esa fuerza y excluyó a representantes de otros sectores del peronismo y partidos aliados.
En diálogo con radio La Once Diez, Fernández atribuyó esas versiones sobre la supuesta monopolización de las listas en manos de La Cámpora a «lecturas malintencionadas».
«La Cámpora fue muy hábil en la construcción de las listas, cediendo espacios a mucha gente que se acercó para construir un frente muy amplio», agregó.
En este marco, también negó que su compañera de fórmula Cristina Kirchner haya tenido la postura de concentrar todo el poder para su propio entorno, sin abrir el juego a los aliados.
«En dos de los cuerpos de la boleta de provincia encabezan dos personas que han sido muy críticas, que somos Alberto Fernández y Sergio Massa. Y en la Ciudad hay tres personas que fuimos críticos de Cristina», ejemplificó, en referencia a Matías Lammens, a Fernando «Pino Solanas» y a él mismo.