BUENOS AIRES (NA).- A pocas horas de comenzar a regir el Nuevo Código Civil, un hombre presentó ayer el primer pedido unilateral de divorcio de la mujer con la que se casó hace 26 años y de la cual se separó a los pocos días, al alegar que no tuvo más contacto con ella.
El planteo fue realizado en el Juzgado Civil número 23 porteño y fue realizado por Sebastián Coppola, cuyo matrimonio se concretó hace 26 años y apenas duró 27 días, hasta el momento en el que el hombre descubrió una infidelidad ocurrida durante los tres años de noviazgo previo.
Sin contacto con la esposa, Coppola pidió disolver el matrimonio, el cual no dio como fruto ningún hijo y al que calificó como “un error de juventud”.
Al realizar el planteo ante el juez Alejandro Olazábal, el hombre explicó que tras la prematura separación, perdió todo contacto con la mujer y desde entonces no había podido hallarla.
“Ni las redes sociales me permitieron encontrarla y nunca antes pude divorciarme porque la ley anterior complicaba bastante el trámite según me habían dicho varios abogados que consulté a lo largo de los años”, explicó el hombre ante la prensa.
Amparado en el nuevo régimen legal que rige desde las 0:00 del sábado, Coppola se presentó en el Juzgado a las 07:30 de ayer. El hombre, a pesar de que nunca había podido remediar su situación civil, había formado otras dos parejas con mujeres con las que tuvo cuatro hijos, tres en el último caso, con 15 años de convivencia.
Coppola, que actualmente formó una tercera pareja, relató que al comienzo de cada relación tenía que contar que estaba casado y explicó que por ello los bienes que adquiría los anotaba a nombre de sus concubinas.
El nuevo código, entre otras normas en torno a diversos temas como la defensa del consumidor, la identidad de las personas, la reproducción asistida, y la adopción, también modifica el concepto del divorcio.
Sobre ese aspecto, a partir de la puesta en marcha del nuevo sistema, se permite el divorcio en forma unilateral sin necesidad de contar con el consentimiento del otro cónyuge y tampoco rige la obligación de ofrecer motivos para el quiebre matrimonial.
No obstante, se contempla la presentación de un plan económico para mantener el sustento y la cohesión familiar.
“Los cónyuges pueden hacer propuestas y acordar sobre los efectos que tendrá la disolución, caso contrario el juez intervendrá para dar una solución”, reza el Código sobre ese aspecto.