Marcela Costilla es la coordinadora del Club de Observadores de Aves de Río Grande. La agrupación se dedica de forma voluntaria a difundir el cuidado del ambiente y la conservación de la biodiversidad. En esta ocasión brindaron una charla acerca del efecto de los deshechos plásticos en las comunidades de aves playeras.
RIO GRANDE.- No es la primera vez que El Club de Observadores de Aves de Río Grande (COA RG) brinda una charla en colegios y otra instituciones. Además, organizan salidas para avistamiento de aves y otras actividades relacionadas con el cuidado del ambiente costero.
El COA comenzó a funcionar hace un poco mas de 10 años, con unas cuatro personas. Marcela Costilla, hoy coordinadora, era una de ellas. Hoy, cuentan con alrededor de 10 miembros regulares y muchos colaboradores y participantes ocasionales. La premisa va mucho más allá de mirar pajaritos. Tiene que ver con fomentar el cuidado del ambiente, la conservación del hábitat de las aves playeras, y la toma de conciencia acerca de la importancia del recurso natural que representa este espacio.
“Lo que pasa es que el COA siempre está abierto a cualquier persona que tenga ganas de ir a hacer un avistaje o que tenga ganas de ayudarnos a hacer algunas de las actividades, salidas, charlas”, explicó Costilla.
La charla que dieron este mes en el colegio Cono Sur cuenta además con aval nacional: “Los COA, si bien son grupos de personas aficionadas a la observación de aves en distintas partes del país; están avalados por Aves Argentinas. Nosotros contamos con ese aval”, agregó la docente.
No es la primera charla que el COA brinda en la ciudad: “Las charlas nuestras casi siempre están orientadas a la conservación de la Reserva Costa Atlántica, y todo lo relacionado a la protección de las aves migratorias y de todas las aves que hay en la costa”, detalló.
Todas estas son actividades que los voluntarios del COA realizan de forma autogestionada, gratuita y utilizando sus propios recursos para llevarlas adelante: “La profe en este caso se comunicó con Luis Benegas, uno de nuestros fundadores. El se comunicó con nosotros y nos pusimos de acuerdo en quiénes podíamos ir; teniendo en cuenta los horarios de trabajo. Entonces nos acomodamos y nos turnamos para ir, porque es algo que hacemos en el horario en que no estamos en el trabajo. Porque realmente esa es la idea, que las escuelas, las instituciones sepan que podemos colaborar y ayudar. Que realmente queremos hacerlo”, subrayó.
Esta charla en particular estuvo destinada a un grupo de estudiantes de cuarto grado, con niños de entre 8 y 9 años que están preparándose para participar de la Feria de Ciencias: “A nosotros desde la escuela nos comentaron que nos convocaron un poco, porque ya conocen en trabajo que venimos haciendo. Si bien estamos muy relacionados con todo lo que tiene que ver con las aves, también trabajamos en lo que hace a la conservación del medio. No solo de la costa, sino de todo el ambiente natural, para proteger lo que es la biodiversidad”, contó Costilla.
La charla tenía que ver con conocer más acerca de las medidas que se están tomando actualmente en la ciudad para favorecer la reutilización de algunos materiales, cuáles son las empresas que están trabajando de esta manera y cómo: “Además, nos contaron que el grupo viene haciendo una investigación acerca del uso de plásticos, y cómo en la Antártida se reciclan todos los materiales que se utilizan. Y por qué un lugar tan pequeño tiene todas las posibilidades de hacer esto, para conservar todo lo que son hielos, que es algo tan importante para todo el planeta. Y por qué acá no se puede hacer”, detalló.
La coordinadora de COA remarcó que la observación de aves es una actividad que puede realizar cualquier niño: “Siempre acompañados de adultos –enfatizó– Nosotros arrancamos por el año 94 realizando cursos y ayudando en todo lo que necesitaban biólogos y otros profesionales que venían todos los años a Río Grande. En todo lo que era avistaje, anillado de aves. Con los años surge la inquietud de hacer el primer club de observadores de aves en la ciudad. Y la verdad es que puede participar cualquier persona de cualquier edad, mientras esté dispuesta a participar de una caminata, a ir a observar”.
Para su última salida, el COA Río Grande contó con la compañía de un grupo de estudiantes. Fueron hasta el Cabo Espíritu Santo y ahí dedicaron la jornada a observar aves de estepa: “Las aves migratorias llegan en agosto recién, pero se puede observar otras aves en este momento. Y este tipo de actividades, siempre son difundidas a través de las redes sociales en nuestra página de Facebook. La participación es gratuita. Todas las actividades del COA son sin fines de lucro. Nosotros llevamos prismáticos los que tenemos, y los prestamos a los que asistan. Cuando se hace en la plaza, siempre convocamos a las escuelas, para que se acerquen si quieren participar. A los chicos les enseñamos acerca de la observación de aves, qué cosas tienen que tener en cuenta. Y cuando hacemos salidas en las que tenemos que viajar en auto, el que tiene algún espacio de más, lo deja disponible para llevar a alguien más que no tenga auto. Porque la idea es convocar a la gente, para mostrarles esto, siempre pensando en fomentar la conservación de estas especies de aves”, agregó la aficionada.
La especie a la que más se avocan desde hace años es el playero rojizo, ya que su población ha ido disminuyendo debido a la contaminación de los ambientes, por lo que esta ave hace sus paradas a lo largo del continente para llegar hasta Tierra del Fuego: “Si uno no puede educar desde los niños, que son los agentes mutliplicadores en cada hogar, ya con los adultos es más difícil. Porque vos fijate lo importante que es el llegar a comprender que no tiene que haber perros sueltos en la playa o que no se puede andar en cuatris por la costa, que siempre, y más en el verano, alguno hay. Esas cosas sólo se logran con educación”, insistió Marcela Costilla.
Y concluyó: “Lo que podemos hacer desde COA es limitado. Pero bueno, la próxima vez que pasen cerca de la costa y vean un grupo de locos con binoculares que se acerquen. Es necesario que tomemos consciencia de lo que tenemos, y de que no es eterno, es algo que se tiene que cuidar, eso es lo más importante”.