El Tribunal de Juicio Oral inició ayer el proceso contra el efectivo policial Cristian Balaguer, acusado del homicidio de Víctor “Chucky” Andrade. El efectivo imputado declaró y recreó lo vivido esa tarde en lo que asegura fue una maniobra para resguardar la identidad física de su compañero el sargento Gualtieri, quien declaró, “resguardó mi integridad física”. Balaguer aseguró que tenía escasa formación en el uso de la escopeta y su madre clamó a la salida del juicio, “que tiene que hacer un policía que es atacado”, se preguntó.
RIO GRANDE – El proceso por el procedimiento policial que el 21 de septiembre de 2010 derivó en la muerte de Víctor “Chucky” Andrade comenzó con la lectura de la acusación por parte del Dr. José Rodas, como querellante, y el Fiscal Mayor Guillermo Quadrini; los cuales marcaron la responsabilidad de Balaguer en no medir consecuencias en el uso de la escopeta de posta de goma.
Los acusadores destacaron que se recomienda “usar en efecto rebote, no directo, y a una distancia mayor a cinco metros”, estimando los acusados que en este caso el disparo fue “lineal y a dos metros de la víctima”.
Ambos acusados plantearon la posibilidad del tiro “a quemarropa” y que Balaguer “fue abusivo en el cumplimiento de su función”, señaló el fiscal; mientras el querellante planteó que “se debió haber representado el resultado a conocer el poder ofensivo del arma”.
Acto seguido se produjo la declaración indagatoria de Cristian Balaguer quien detalló pormenorizadamente lo ocurrida aquella tarde en la persecución, el manejo de la escopeta antitumultos, la cual manipuló incluso delante del tribunal, la especificidad de cada tipo de cartuchos, y finalmente una recreación de como ocurrió el hecho junto a su abogado y el propio fiscal.
Balaguer relató la persecución y como fue que terminaron acorralando a Andrade en un garaje, donde este sujeto enfrentó con un trozo de hierro a su compañero, el sargento Ricardo Gualtieri, ante lo que aseguró, “le grité pará pará, hice el ruido cargando la chimaza de la escopeta –una especie de corredera para cargar munición- y finalmente efectué el disparo con la escopeta hacia el suelo en todo momento”, graficó.
El efectivo aseguró que allí forcejeó en cuestión de segundos con Andrade y que lo redujeron para sacarlo a la vereda, donde fue esposado, y donde recién tomaron cuenta de la herida sangrante que derivó en la hemorragia que costó la vida de Andrade 36 horas después.
El efectivo aseveró que actuó en resguardo de su compañero, Ricardo Gualtieri quien, acto seguido, fue el único testigo en declarar ayer, señalando, “Andrade agarró el hierro y me lo quiso tirar por la cabeza y escucho el disparo”, dijo, asegurando que no vio a Balaguer ya que lo tenía a sus espaldas.
“El accionar de mi compañero salvó mi integridad física”, fue la declaración de Gualtieri.
Finalmente otro detalle a rescatar de la declaración de Balaguer fue que el efectivo aseguró no ser un escopetero experto, “solo tenía un curso realizado”, agregando “en mi formación no me dijeron que era letal que solo causaba lesiones superficiales y no sabía que la copa –el plástico que recubre el cartucho- salía como proyectil”, en alusión a que este elemento fue extraído de la herida de Andrade.
Contradicciones
Si bien las testimoniales de Balaguer y Gualtieri, únicos testigos presenciales del hecho, apuntaron en un mismo sentido; fueron llamativas algunas contradicciones importantes en que incurrieron a lo largo de este procedimiento desarrollado.
Balaguer señaló que la persecución se dio a raíz de que Gualtieri reconoció a Andrade cuando escapaba en el cuatriciclo, por que “lo reconoció a través del visor del casco”, señalando que la persecución se da exclusivamente por que Andrade tenía una orden judicial de requisa. Gualtieri en su testimonial aseguró que reconoció a Andrade recién en el garaje, una vez concluida la persecución, una vez que se quitó el casco.
Asimismo hubo incongruencias en relación a lo ocurrido después de producido el disparo fatal, asegurando Balaguer que tuvo un breve forcejeo con Andrade, que Gualtieri aseguró que no hubo; luego Gualtieri señaló que la sangre se hizo visible en el pantalón de la víctima inmediatamente, cuando Balaguer señaló que la observación recién una vez que lo sacaron a la vereda.
En ese sentido otra contradicción fue que Gualtieri señaló que el detenido ya reducido nunca fue sacado a la vereda, y finalmente señaló desconocer quién lo esposó, habiendo señalando Balaguer que esa acción la hicieron juntos cuando aún no habían llegado los refuerzos.
Un detalle final fue que Balaguer señaló que fue hasta el móvil para pedir la ambulancia, señalando Gualtieri que Balaguer moduló para pedir la ambulancia desde el mismo lugar donde estaban con Andrade, en algunas inconsistencias que desde la defensa tildaron como “meros detalles”. El proceso continuará hoy con nuevas testimoniales.
Apoyo de familiares
El frente del acceso a la sala de juicio presentó ayer un panorama inusual con una bandera de grandes dimensiones colocada por familiares y amigos de Balaguer que reza “Justicia y Libertad a Balaguer”.
Al finaliza la primer jornada procesal, la madre del oficial Balaguer, Yolanda Lizarraga, planteó ante los medios, “queremos que se haga justicia no puede ser que un policía tenga que dejarse atacar, que tiene que hacer un policía que es atacado, acá mi hijo actuó sino iban a matar a su compañero”, dijo en referencia al planteo sobre la agresión inicial por parte de Andrade.
Gualtieri, en su testimonial, tuvo varios puntos discordantes con Balaguer.