Acuerdan eliminar ácidos grasos trans

Con apoyo de la OPS, los países de las Américas implementarán un plan de 6 años para terminar con las grasas trans en alimentos procesados.

RÍO GRANDE.- Los países de las Américas acordaron un nuevo plan para reducir las enfermedades cardiovasculares, mediante la eliminación de los ácidos grasos trans de la producción industrial de alimentos para el año 2025. Las enfermedades cardiovasculares son actualmente la principal causa de muerte en el hemisferio.
El plan de acción para eliminar los ácidos grasos trans de producción industrial 2020-2025, aprobado por el 57º Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), promueve acciones regulatorias para eliminar un contribuyente clave a unas 160.000 muertes en las Américas cada año. La evidencia muestra que las dietas ricas en grasas trans aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca en un 21% y el riesgo de muerte en un 28%.
Los países que han restringido o eliminado las grasas trans desde este acuerdo son Argentina (2010), Canadá (2017), Chile (2009), Colombia (2012), Ecuador (2013), Estados Unidos (2015), Perú (2016) y Uruguay (2017). Actualmente, Bolivia está desarrollando regulaciones sobre grasas trans, y Brasil y Paraguay están en una etapa avanzada de un proceso similar.

Tres opciones de regulación
El plan propone tres opciones para eliminar los ácidos grasos trans de producción industrial de alimentos: 1) prohibición del uso de aceites parcialmente hidrogenados; 2) límite obligatorio del 2% (o no más de 2 gramos por 100 gramos de grasa total) en ácidos grasos trans producidos industrialmente como proporción del contenido de grasa total en todos los productos alimenticios; 3) una combinación de estas medidas.
El plan también destaca la necesidad de adoptar políticas sobre etiquetado de alimentos, así como estrategias para crear conciencia sobre los efectos nocivos de los ácidos grasos trans de producción industrial y los beneficios para la salud de eliminarlos.

¿Qué son las grasas trans?
Las grasas trans producidas industrialmente están contenidas en grasas vegetales endurecidas, como la margarina y la manteca vegetal, y generalmente están presentes en los bocadillos y en los alimentos horneados o fritos. Fueron introducidas por los fabricantes debido a su mayor tiempo de conservación que otras grasas. Sin embargo, existen alternativas menos dañinas que no afectan el sabor ni el costo de los productos alimenticios.
Las grasas trans aumentan los niveles de colesterol LDL, un biomarcador que se relaciona positivamente con la enfermedad cardiovascular, y reducen el colesterol HDL, conocido como «colesterol bueno», porque ayudan a eliminar el colesterol «malo» del cuerpo.
La OMS recomienda que la ingesta total de grasas trans se limite a menos del 1% de la ingesta energética total, lo que se traduce en menos de 2,2 gramos por día como parte de una dieta de 2000 calorías.