Revuelo en las islas Malvinas

El ilegítimo gobierno de las islas aprobó el proyecto inmobiliario al oeste de Puerto Argentino ante una creciente necesidad de viviendas. Sin embargo, hay planteos en contra debido a que el lugar donde se instalará contiene algunas reliquias de lo que fuera un campamento militar establecido por orden de Winston Churchill.

El excampamento tenía un hospital de campaña, teatro, biblioteca, varias capillas, servicios de lavandería, barracas para detenidos, establos y una carnicería.

PUERTO ARGENTINO.- La comisión de planificación del ilegítimo gobierno de las islas Malvinas dio el visto bueno a un desarrollo inmobiliario residencial como parte de un proyecto mayor para levantar unas 360 viviendas, según consigna el periódico Penguin News.
El sitio, ubicado al oeste de Puerto Argentino, cubre un área de 12.7 hectáreas de campo abierto y tiene los restos de un campamento militar británico de la Segunda Guerra Mundial. Algunos cimientos y piques del campamento aún son visibles. El periódico indica que se presentaron cinco cartas expresando consternación sobre el desarrollo inmobiliario y el Museo de las islas realizará los esfuerzos por retener lo más posible de esa herencia.
Según consigna la información, el campamento británico en Malvinas fue establecido por Gran Bretaña luego del ataque a Pearl Habour en 1941, cuando informes de inteligencia señalaban que los japoneses estaban considerando ocupar las Islas Malvinas. En aquella oportunidad, Winston Churchill respondió enviando una fuerza de tareas como elemento disuasorio, integrada por 1.840 hombres del Regimiento Príncipe de Gales que fueron alojados en el nuevo campamento levantado en la periferia de Puerto Argentino.
La Fuerza 122, como se la denominó, vivió en lo que sería de hecho el bastión británico más remoto durante la segunda guerra mundial e incluía un hospital de campaña, teatro, biblioteca, varias capillas, servicios de lavandería, barracas para detenidos, establos y una carnicería.
El museo ahora pretende hacer una recolección durante los trabajos en el predio e incorporará esos al registro de esos hallazgos en un documento oficial de acceso al público. Se afirma que idealmente una de esas construcciones tendría que preservarse “como punto de referencia de patrimonio y herencia”
Otros residentes enviaron cartas expresando preocupación sobre la conservación del campamento, al igual que sobre la privacidad de los actuales residentes, los riesgos de inundación e impactos más amplios de dicho desarrollo como puede ser un mayor tránsito vehicular, la capacidad de saneamiento, usos comerciales y condiciones urbanísticas del predio.
Lee Kenebel, jefe de servicios de Planificación y Construcción del gobierno kelper, informó a la comisión que el desarrollo del predio no impedirá un estudio futuro y preservar la razón del campamento y sus vínculos con la Segunda Guerra Mundial. “Muchos aspectos del sitio ya han sido registrados y otra oportunidad para mayores estudios arqueológicos puede alcanzarse”
Dicho desarrollo incluirá sendas en ambos lados de la calle en un esfuerzo por brindar una sensación de mayor espacio, por oposición a una única senda tal cual quedó expuesto en otras de las calles de Sapper Hill.
”El régimen de tenencia y el estilo de las viviendas quedará establecido más adelante” dijo Kenebel, pero se necesita una flexibilidad en el predio que conjugue el potencial de desarrollo, la necesidad de viviendas, preservación del medio ambiente y del patrimonio de las Malvinas.