BUENOS AIRES (NA).- Las petroleras hicieron trascender ayer su “incertidumbre” por la decisión del presidente Alberto Fernández de frenar el aumento de los combustibles previsto por YPF, que se iba a generalizar a todo el sector.
En esa actividad, clave para el desarrollo del yacimiento Vaca Muerta, siguen con atención la jugada, que fue destacada este lunes por el jefe de Estado al afirmar: “Paramos el aumento”.
Las petroleras observan ahora qué ocurrirá a partir de enero, cuando debería aumentar el impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono.
Se trata de una actualización trimestral heredada por Fernández de la administración de Mauricio Macri.
Es un impuesto calculado sobre la base a la inflación pasada, que el ex secretario de Energía Gustavo Lopetegui había desdoblado: parte aumentó en diciembre último y otra quedó para enero. Desde el año próximo se debería aplicar una suba del 16%, que impacta en alrededor del 3% en el precio del surtidor.
Las petroleras sostienen que si no trasladan ese incremento con un aumento en los valores de los combustibles, sus costos subirán.
El temor de las empresas es que, en medio de su política de congelamiento de tarifas, el Gobierno decida impedir el ajuste en los surtidores.
En ese caso, lo más conveniente para los petroleros sería que el Gobierno postergue la actualización de los impuestos, pero esa decisión conspiraría contra el objetivo de fortalecer el superávit fiscal. El tema viene siendo analizado por el titular de YPF, Guillermo Nielsen, y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
Pero la última palabra, como se demostró este domingo, la tendrá el presidente Fernández.
En el mercado creen que Nielsen quedó “tocado” por verse obligado a dar marcha atrás con el aumento de los combustibles, cuando ya lo había dejado trascender.
En peor situación habrían quedado los directores de YPF que deberán dar explicaciones al 49% de sus accionistas privados sobre por qué actuaron en contra de los intereses de la compañía, consignaron fuentes del sector petrolero.
En la Casa Rosada adhieren a la política de “no hacer olas” que presionen sobre la inflación y le recuerdan a las petroleras que ya se bajaron las retenciones a las exportaciones de hidrocarburos de 12% al 8%.