El descanso desempeña un papel fundamental siempre y a lo largo de toda la vida. En este contexto, su importancia es aún mayor, debido a que mejora la salud en general y proporciona bienestar emocional, entre otros beneficios.
RIO GRANDE.- La pandemia de COVID-19 constituye uno de los desafíos más trascendentes y dramáticos que ha debido enfrentar la salud pública en el último siglo. No solo recluyó a millones de personas en todo el mundo dentro sus hogares mediante el aislamiento social, preventivo y obligatorio. También, continúa demandando trabajo constante en un intento de reducir el contagio y la propagación del coronavirus, todo en condiciones absolutamente singulares.
En ese sentido el jefe de Departamento Salud Mental Zona Norte, Federico Lyardet, realizó un análisis de la situación, contando las dificultades que se les presentan a la comunidad en esta pandemia como así también de qué manera es posible contrarrestar este entorno y lograr tener un sueño saludable.
El Psiquiatra observó que el contexto de esta pandemia genera, en la mayoría de las personas, una situación estresante de gran magnitud y de características muy singulares, aumentando no solo los niveles de ansiedad y depresión, sino también alterando su sueño.
El sueño saludable desempeña un papel fundamental siempre y a lo largo de toda la vida pero en este contexto su importancia es aún mayor debido a que mejora la salud en general; proporciona bienestar emocional; mejora nuestra salud mental ayudando a prevenir o combatir la ansiedad, depresión y otros problemas y mejora nuestro rendimiento cognitivo fortaleciendo la memoria, la concentración, y ayudando a pensar con mayor claridad a la hora de resolver problemas.
Un buen dormir fortalece al sistema inmunológico brindándonos mayor protección ante la exposición al coronavirus. Los humanos somos diurnos, lo que significa que todo el funcionamiento de nuestro cuerpo (alimentación, digestión, secreción hormonal e incluso aprendizaje y memoria) se organiza en torno al marco básico de la vigilia durante el día y el sueño por la noche. Para tener un sueño saludable es necesario que durmamos de noche.
El aislamiento social, preventivo y obligatorio crea las condiciones ideales para que aparezca insomnio en personas que no lo tenían o para que empeore el problema en aquellos que ya lo sufrían.
El insomnio genera en las personas síntomas diurnos como, fatiga, somnolencia, problemas cognitivos, mal humor, irritabilidad, disminución de la motivación, problemas de conducta (sobre todo en niños), propensión a errores o accidentes, problemas familiares, sociales, laborales o académicos.
Ante esto, el doctor Lyardet detalló algunas recomendaciones a fin de lograr un sueño saludable:
Mantener una rutina; fijar horarios regulares para despertarse, levantarse, acostarse, dormirse y alimentarse. También remarcó la posibilidad de exponerse a la luz solar por la mañana. Es una de las señales más importantes que le permiten a su reloj biológico ponerse “en hora”. Abrir las ventanas y dejar entrar la luz exterior.
Otra de las recomendaciones tiene que ver con evitar el exceso en el uso de pantallas, sobre todo los dispositivos que se utilizan cerca de la cara, como teléfonos móviles, tablets o computadoras.
“A pesar de no tener que salir de su casa intente no quedarse todo el día en pijama, es importante diferenciar la ropa que usa en el día mientras está activo de la que utiliza a la noche para descansar”, indicó el especialista.
De igual modo precisó: “Aunque resulte imposible evitar por completo los factores estresantes relacionados con el coronavirus en este momento, debe protegerse de la información que provoca ansiedad. Limitar la cantidad de información que consume”, concluyó.