El 14 de junio de 1982, luego de 74 días de haber combatido con coraje y honor, se produjo la rendición argentina.
RIO GRANDE (La Gaceta Marinera).- Luego de más de 70 días de operaciones militares por mar, tierra y aire, el final de la guerra se aproximaba. La derrota en las armas era inminente pero en los corazones de los argentinos seguía ondeando la bandera patria, como aún lo hacía en Malvinas.
En la noche del 11 al 12 de junio, en el Monte Longdon, bajo responsabilidad del Regimiento Nº 7 del Ejército Argentino, con una Sección de Ametralladoras 12,7 mm. de la Infantería de Marina, se produjo un combate cruento. La magnitud y la violencia del ataque fue tal, que obligó a las tropas del Regimiento 7 a replegarse debido a esa fuerte presión.
Las tropas de la Infantería de Marina, por el tipo de armamento que tenían, no pudieron replegarse. El Cabo Segundo Carlos Colemil, que tenía que llevar el mensaje del Jefe de Sección de replegarse, fue herido y no pudo retransmitir la orden.
Heroicamente, la Ametralladora Nº 4 del Batallón Comando y Apoyo Logístico (BICO) a cargo de los conscriptos Inchauspe, Giuseppetti, Maciel y Fernández, mantuvo su posición pese a la abrumadora superioridad británica. Ellos cuatro detuvieron toda una Compañía Británica de casi 120 hombres. Murieron, pero gracias a ellos el resto de la tropa pudo salvarse, teniendo seis bajas, cuando habrían podido ser muchas más.
En la noche del 12 de junio la presión británica fue en aumento. Los fuegos de artillería se fueron incrementando y se batieron a duelo con las consiguientes bajas y destrucción de posiciones. Esto anticipaba que el final se acercaba.
El ataque principal lo sufrió la Compañía Nácar del Batallón de Infantería de Marina N°5 (BIM5), particularmente la Cuarta Sección, a cargo del Teniente de Corbeta Carlos Vázquez, la noche del 13 de junio por parte de la Guardia Escocesa, la Guardia Galesa y Gurkas. Esta sección soportó tres intentos de ataques en los cuales los ingleses no pudieron derribarlos, pero en la mañana del 14 de junio, el Jefe de Sección visualizó la falta de reserva de munición, no llegaban los apoyos y no tenían ya capacidad de combatir para responder, había tropas heridas y decidieron rendir su posición. En este combate murió honorablemente el Suboficial Primero Julio Saturnino Castillo.
Paralelamente, la Compañía Obra sufrió ataques en el combate de Pony’s Pass, pero la fuerte presión obligó a replegarse al Jefe de Compañía. Para el 14 de junio, el BIM5 concentraba prácticamente toda su unidad en inmediaciones de Sapper Hill, bajo una fuerte presión de ataque de artillería y ataques aéreos.
En la mañana del 14 de junio la presión británica era intensa y el Gobernador decidió la rendición de la Plaza; el BIM5 inició su repliegue, según las órdenes que había recibido. Dejó una fracción en la retaguardia de combate en Sapper Hill, que era la última altura. Esta fracción, cubriendo la retaguardia del Batallón que se replegaba, se enfrentó a una sección de infantería británica que desembarcó en helicóptero, desarrollándose el combate de Sapper Hill, donde se produjeron las últimas bajas.
A partir del mediodía del 14 de junio, dada la orden de deponer las armas, los infantes de marina pasaron a condición de prisioneros de guerra de las tropas británicas que iban invadiendo las distintas posiciones. Inicialmente estuvieron bajo control de los paracaidistas británicos que fueron luego reemplazados por infantes de marina británicos, que no habían estado empeñados en combate.
La Infantería de Marina fue concentrada en el aeropuerto durante cuatro días, hasta que fueron transportados al rompehielos “Almirante Irizar”, buque hospital reconocido por la Cruz Roja Internacional, para ser trasladados al continente. “Bienvenidos Infantes de Marina” rezaba un cartel en la cubierta del buque esperándolos.
Desde el 2 de abril de 1982 hasta el 14 de junio, murieron 35 infantes de marina en combate, sin considerar a los heridos. El primero en caer en la guerra y el último fueron de ese componente.
La misión que recibieron los comandantes al partir hacia Malvinas fue breve y clara: “Reconquistar las Islas Malvinas a fin de incorporarlas definitivamente a la Soberanía de la Nación”.
La participación de la Infantería de Marina en el Conflicto del Atlántico Sur puede dividirse en dos etapas: el de la recuperación de la soberanía –concretamente el 2 de abril de 1982—y, a posteriori, en la defensa de las Islas, consecuencia de la escalada militar.