El antropólogo Fernando Miguel Pepe, coordinador del Programa Nacional de Identificación y Restitución de Restos Humanos Indígenas del INAI, quien hoy brindará una capacitación organizada por la Secretaría de Pueblos Originarios de la provincia, dijo que se trabaja para que esos restos dejen de ser exhibidos en las vitrinas y sean enterrados en su lugar de origen.
USHUAIA.- Funcionarios y personal del Gobierno provincial se capacitarán hoy para avanzar en la restitución de los restos de 33 selk´nam que fueron desenterrados del cementerio de La Candelaria en 2006 y que tras un largo proceso fueron devueltos a la provincia de Tierra del Fuego el año pasado. El curso será brindado por la Secretaría de Pueblos Originarios y el Área de Capacitación de la Dirección de Afirmación de los Derechos Indígenas del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).
Según indicaron las autoridades, la capacitación tiene como propósito concientizar y visibilizar el genocidio ocurrido en Tierra del Fuego durante fines del Siglo XIX y comienzos del XX y conocer cuál es procedimiento y protocolo a seguir cuando hay pedidos de restitución y hallazgo de restos humanos pertenecientes a los pueblos indígenas de nuestra provincia.
La restitución que se encuentra pendiente y que la Secretaría de Pueblos Originarios gestiona junto al INAI, es la de 33 mujeres, hombres, niñas y niños que fueron exhumados por el arqueólogo Ricardo Guichon en la Misión Salesiana en 2006 y llevados a la Universidad Nacional del Centro, en Buenos Aires para realizar estudios científicos. Después de un año y medio de gestiones, se logró que los restos estén nuevamente en la provincia, en custodia del Museo del Fin del Mundo para su restitución al pueblo selk´nam.
La secretaria de Pueblos Originarios, Vanina Ojeda Maldonado, explicó que “la provincia no tiene un protocolo aprobado para poder avanzar en estas restituciones, por lo que estamos trabajando junto al INAI para capacitarnos y adaptarnos a los protocolos nacionales”. Además, insistió en que “la capacitación de parte del Estado es una de las materias más importantes que se impuso esta gestión, ya que de esta manera garantizamos como estado provincial el cumplimiento efectivo de los derechos colectivos indígenas”.
Por su parte, Fernando Pepe explicó que además de los restos de los 33 selk´nam de La Candelaria, “también hay casos de cuerpos que aparecen cuando hay construcciones u obras y se procede al rescate arqueológico y otros cuerpos que han aparecido por la erosión ambiental y que, por imperio de la ley nacional 25517, para su estudio, se requiere el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos originarios”.
Con respecto a los restos humanos de pueblos originarios fueguinos diseminados en todo el país y el mundo, el antropólogo afirmó que “tenemos registros de que en numerosos museos del país y del exterior hay restos de hombres y mujeres selk´nam que deberían ser devueltos a Tierra del Fuego y enterrados con los rituales que la cosmovisión selk´nam así lo dicte, por eso estamos trabajando para su restitución».
Para que se comprenda el significado que tienen las restituciones de restos humanos para los pueblos originarios, el antropólogo contó que en la región, “estamos trabajando fuertemente con la comunidad yagan de Villa Ukika en Puerto Williams, Chile con el consentimiento de la comunidad Paiakoala con María Vargas, para la restitución de Maish Kensis, un joven yagan que fue tomado prisionero en el Museo de La Plata. El joven era obligado a trabajar descarnando los cuerpos de los otros prisioneros que iban muriendo dentro del museo y cuando murió a los 22 años, expusieron su esqueleto y su cerebro en la vitrina”, detalló.
“Nosotros tenemos el orgullo de haber logrado en 2006 que sus restos fueran retirados de las vitrinas sentando así el precedente para que pudiéramos retirar todos los cuerpos humanos del museo de La Plata pertenecientes a los pueblos originarios el 1° de septiembre de 2006”, dijo el funcionario. «No hay una ley que prohíba exhibir cuerpos y partes humanas en los museos, sino que la 25517 sugiere que los cuerpos que no sean solicitados por las comunidades, tienen que tratarse con el respeto que se merecen. Entendemos que no es respetuoso para ningún pueblo y mucho menos para nuestros pueblos originarios que se los exhiba en vitrina», concluyó.