Con el ushuaiense Tomás Pescio como figura, autor de dos goles, San Lorenzo se consagró campeón de la CONMEBOL Libertadores tras vencer por 4-3 al séptuple campeón Carlos Barbosa. Gerardo Menseguez, en el alargue, anotó el definitivo para darle la primera corona continental al futsal de nuestro país. También celebró Juan Medina.
USHUAIA.- La historia del futsal argentino se sigue escribiendo y los fueguinos tienen protagonismo primordial en cada hazaña. La CONMEBOL Libertadores era un torneo esquivo, que nunca había podido ser conquistado por la legión albiceleste, pero San Lorenzo rompió con todos los tabúes.
Los de Figu Antonelli arribaron a Uruguay como candidatos tras haber superado a Boca Juniors en la Super Final de las temporadas 2019/2020 y debían aguantar la presión de llegar como representantes argentinos, ni más ni menos que de la nación campeona del mundo.
Solamente Cerro Porteño se coronó en lo más alto sacando todos los campeones brasileños que año tras año revalidan la supremacía canarinha en el Futsal FIFA americano, pero en el estadio 10 de Julio de Florida no iban a poder hacerlo de nuevo.
San Lorenzo llegó a la gran final tras dejar en el camino al durísimo Corinthians en semifinales, a un elenco que contaba con el mundialista Eder Lima como figura preponderante. Los de Boedo vencieron 2-1 luego de irse dos tantos arriba y terminar sufriendo, a pura defensa con el arquero-jugador.
Su último obstáculo de cara a la gloria eterna era el Carlos Barbosa, el tricampeón vigente y siete veces ganador de la Copa, con todo lo que eso implica. Sin embargo, los argentinos salieron metidos y concentrados desde el minuto cero, en la búsqueda de aprovechar cualquier error provocado por los brasileños.
Luego de un envío largo, a los 7 minutos, el fueguino Pescio aprovechó la mala salida del arquero y cedió a su compañero, quien devolvió la pared y el pivot definió con jerarquía para estampar la ventaja parcial.
Cuatro minutos más tarde, a los 11’, Murilo se valió de un error en la salida del Gallego Rodríguez para enganchar la pelota de volea y dejar sin opciones a Brian Stecatto para el 1-1.
En la gran jugada del partido, el fueguino Tomás Pescio iba a romper todos los esquemas con un caño de taco ante su marca y luego definiendo sin ángulo para poner el 2-1 cuando corrían 12’, dejando perplejos a propios y extraños.
Para colmo, antes del cierre de la etapa inicial, Rodríguez se tomó revancha del error y ejecutó la sexta falta de Murilo sobre Bolo con sapiencia y oficio, filtrándola por debajo del cuerpo de Bianchini (3-1).
El complemento encontró ciertas licencias psicológicas en San Lorenzo que le costaron caro. A la salida de un lateral, Steccato terminó metiéndola en contra después de que la marca quedase fuera de eje y Dener completara el 2-3 de ACBF.
Pescio y Medina, en la historia grande. Tierra del Fuego, siempre presente
Como un baldazo de agua fría llegó el 3-3 del pie de Pedro Rei, uno de los mejores de los brasileños. El ala la filtró entre las piernas del arquero argentino y desató la algarabía.
Así llegamos al alargue, donde San Lorenzo encontró la diferencia final del pie de Gerardo Menseguez. El Yaya conectó de volea un saque de esquina y sorprendió metiendo la bola bien abajo, besando el palo, para hacer inerte la estirada del arquero.
Una vez llegado el pitazo final, la alegría se desató en todo el territorio argentino. Por primera vez, el salonismo de nuestro país es el mejor de América a nivel clubes.
Pescio y Medina, en la historia grande. Tierra del Fuego, siempre presente.
Con esfuerzo y mucho amor a la camiseta y, a pesar de su corta edad, los dos fueguino lograron estar en el podio junto a sus compañeros de equipo; todos grandes jugadores, con trayectoria. Juan Medina y Tomás Pescio; felicitacionessss por haber superados todo tipo de obstáculos.