BUENOS AIRES.- En el auditorio Islas Malvinas del Ministerio de Trabajo se llevará a cabo el miércoles próximo un encuentro en el que se pasará revista a todo lo hecho por la comisión que funciona desde 2003 en la cartera laboral para promover la implementación de plataformas bajo esa modalidad y evaluar el impacto en la conservación y creación del trabajo decente, entre otros objetivos.
El teletrabajo, entre otros beneficios, reduce el tránsito, cuida el medio ambiente y colabora con la inclusión de las personas con discapacidad en el mercado laboral. Ya está «instalado en nuestro país» y ya «se han probado sus beneficios», dijo Viviana Díaz, coordinadora del área en el Ministerio de Trabajo.
En ese sentido, Lucas Gutiérrez, que tiene atrofia muscular espinal del tipo 2 -una enfermedad que debilita la fuerza muscular- y se desempeña laboralmente en el área de sistemas en Provincia NET, afirmó que «el teletrabajo es fundamentalmente, para una persona con discapacidad, la posibilidad de trabajar exactamente igual que cualquier otra pero en la comodidad de su casa».
«Nunca me imaginé que podría terminar trabajando en una empresa de estas características y en relación de dependencia» destacó el joven de 32 años y agregó que a través de esta modalidad «lo hace sentir que no hay diferencia».
Provincia Net es la empresa de tecnología del Grupo Provincia que lleva adelante un programa de teletrabajo desde 2011, el cual ya sumó 79 posiciones, y se enmarca dentro del Programa de Seguimiento y Promoción del Teletrabajo en Empresas Privadas (Propet) y también en organismos públicos, creado por el ministerio de Trabajo de la Nación.
«A una persona que tiene discapacidad y siente que capaz no puede salir al mercado laboral, que está reprimida en su casa, que se siente incapaz, yo le diría que no baje los brazos: la tecnología hoy en día brinda herramientas como para poder estar in situ en el lugar y los obstáculos se superan», celebró Gutiérrez.
Por su parte, Viviana Díaz, al referirse al Propet explicó que «descansa en unos puntos muy concretos que tienen que ver con la voluntariedad: nadie puede ser obligado a teletrabajar y tampoco un empleado puede obligar a una empresa a que ofrezca la modalidad. Luego está la cuestión de la confianza y el perfil del trabajador; y además se necesita un mínimo de estructura y armonía en el sitio donde se desenvuelva el teletrabajador».
Por parte del empleador, debe pagar una «compensación proporcional sobre los gastos que el teletrabajador ponga de su bolsillo en relación con la iluminación, sillas, Internet, etc.», manifestó y aclaró que todas estas pautas están incluidas en los convenios que firma la empresa con el ministerio, y los trabajadores.