“Tomar yogurt vencido era darse un gustito”

Cristian Titi Borruto, el jugador de la Selección nacional de Futsal que defenderá el título en el Mundial que largó el domingo pasado en Lituania, cuenta en primera persona su dura historia: “La pelota me salvó”.

BUENOS AIRES.- «Yo no soy un jugador de futsal, soy uno de la calle», dice el pivote de 34 años. Juega en el Pesaro.

Mi infancia fue muy dura. Ya de chico tuve que crecer de golpe, ser una persona grande. Somos 11 hermanos en mi familia y si bien no soy el más grande, cuidaba a todos y a mi mamá, Estela. Mi padre falleció cuando yo tenía un año. No recuerdo su cara o algún momento juntos. Me dijeron que el mismo día que él falleció yo empecé a caminar. Las necesidades que pasamos fueron muchas. Se desayunaba y comía varias veces mate cocido con pan y galletitas. Cuando con mi hermano más chico y unos amigos íbamos a pedir yogurt vencido, para nosotros tomarlo era darnos un gustito. Lo mismo con el pan duro.

«Yo no soy un jugador de futsal, soy uno de la calle»

Me acuerdo que, de chico, estaba horas jugando a la pelota en la calle. Ir al colegio me gustaba y me iba bien, pero un día me cansé. Y me puse a trabajar. Repartí volantes por diez pesos con los que me sentía millonario. Después, laburé de rectificador de tapas de cilindros y block de autos. Era de 7.30 a 18.30. Rubén Bolcich, que fue mi jefe cuando trabajaba rectificando y se convirtió en un amigo, fue el que me salvó cuando yo pensé en dejar el futsal por necesidad de mi familia. Él me alentó a seguir. Siempre. A darle para adelante. Es que yo hacía un gran esfuerzo para ir a entrenar.

El fútbol en Docke se jugaba descalzo, en la calle, con arcos de piedra y no se suspendía por la lluvia, ja, ja. Yo amaba eso, jugar ahí, de los mejores momentos de vida. A los 14 años empecé a jugar y eran partidos muy picantes. Jugaba con amigos por un cajón de cerveza y por plata. Con ellos jugamos también en una cancha de tierra abajo del puente de Dock Sud. Había peleas seguido… Y por ahí, dos se daban piñas y los demás seguíamos jugando como si nada. Lo normalizábamos. Yo nunca estuve en peligro. Pasa que me conocen todos. Por el fútbol. A medida que fui creciendo, gracias a la pelota logré que me respetaran en el barrio.

Allá por el 2006 conocí el futsal por un torneo por plata en Argentinos de Avellaneda, mi primer club. Un tal Hernán Caruso, al que lo apodan “El loco”, que es un fenómeno de este deporte, me dijo después de un partido: “¿Por qué no te venís a probar a Independiente para jugar futsal?”. Fui y quedé en el club. A los dos años me fichó el Nápoles de Italia y me citaron a la Selección Argentina. Desde entonces, juego en Europa y para mi país.

Ahora me doy los gustos de comprarme zapatillas que de chico no podía de ninguna manera. Vivo bien con poco en Italia. No gasto mucho dinero en cosas raras, sí en esenciales como las zapas que no pude tener. Me siento muy feliz y orgulloso de donde soy, de donde vengo, por las cosas que pasé y dónde estoy ahora después de mucho esfuerzo.

La pelota me salvó. Creo que sin el futsal no hubiese terminado bien. Me gusta trabajar, pero la junta te lleva a hacer lo que uno no piensa hacer. Tengo dos hijos: León (9 años) y Lola (5). Son mi vida, todo. Mi fuerza de cada día. Trato de mejorar para poder darles a ellos la mejor vida posible. Recuerdo mi pasado y no quiero que ellos pasen por las cosas que pasé yo.

A las personas que nacieron como yo, con una situación económica desfavorable, les diría que usen la cabeza, que piensen en la familia, que trabajen de lo que sea, que no bajen los brazos, que la peleen. Yo busqué salir adelante y lo logré. Sé que no es fácil. Pero yo digo que se puede. Vivo desde el 2008 en Italia pero siempre que me citaron a la Selección estuve, no falté nunca. Es lo mejor que me pasó en la vida defender esta camiseta, son los colores más lindos que hay.

Titi Borruto se convirtió, en este Mundial de Lituania, en el hombre récord de la Selección Argentina de Futsal FIFA. Una historia de vida de un jugador que se hizo muy desde abajo

Después, ser campeón del mundo en 2016 fue algo increíble. Un sueño que nunca pensé que podía cumplirse. Fue ante Rusia, en Colombia. Fue una emoción muy fuerte. Se me pasaron un millón de cosas. Me largué a llorar cuando el árbitro terminó el partido y mirá que nunca lloro y es muy difícil sacarme una lágrima. Así y todo, ese día no paré de llorar… una sensación inexplicable, es difícil definir lo que uno siente en un momento así. Es tocar el cielo con las manos.

Ahora al equipo lo veo muy bien, con muchas ganas. Estamos trabajando duro, ganamos amistosos y ultimamos detalles para llegar de la mejor manera a este Mundial. El objetivo es el mismo de siempre, de cada vez que nos ponemos esta camiseta: ganar, ganar y ganar. Queremos defender el título mundial y estamos preparados para eso. Pese a que hace mucho compito en Europa, mi juego no lo cambié para nada, es el mismo del barrio y eso les gusta a los italianos. No soy un jugador de futsal, yo soy uno de calle.

El hombre récord

El triunfo por 11 a 0 sobre Estados Unidos en el debut mundialista instauró nuevas marcas para el Seleccionado Nacional.

En el arranque del segundo tiempo se dio el gol de Cristian Borruto, décimo en su cuenta personal en Copas Mundiales, número que enaltece su trayectoria y lo apuntala como el jugador con más conquistas en los torneos FIFA.

Con su festejo de hoy –por el martes-, el jugador nacido en Avellaneda, que en 2008 pasó de Independiente al Nápoli y hoy se desempaña en el Italservice de la Liga Italiana, superó los 9 goles de Carlos “El Gallego” Sánchez, otro temible artillero de la Selección que participó en cuatro Copas Mundiales: España 1996, con dos goles, Guatemala 2000, con tres, China Taipei 2004, con cuatro, y Brasil 2008, sin convertir.

Borruto, en tanto, cumple en Lituania también su cuarta convocatoria, ya que estuvo en Brasil 2008, sin convertir; Tailandia 2012, donde convirtió 5 goles; fue campeón en Colombia 2016, donde aportó con cuatro goles, y está ahora en Lituania, donde  sumó su primera conquista.

El objetivo es el mismo de siempre de cada vez que nos ponemos esta camiseta: ganar, ganar y ganar

Detalle de los goles de Borruto. Cristian Borruto convirtió cinco goles en Tailandia, dos contra México, en victoria en el debut en la competencia; dos en la victoria sobre Australia y el último ante Brasil, en la derrota de 3-2 en tiempo suplementario, en cuartos de final.

En Colombia convirtió cuatro, tres contra Islas Salomón, en la victoria de fase de grupos y uno ante Portugal, en semifinales.

En Lituania, el martes convirtió el primero en la goleada de 11 a 0 sobre EE.UU.

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