Según el relevamiento de Carrier y Asociados -una consultora especializada en tecnología- en los primeros nueve meses del año los fabricantes de teléfonos celulares acumulan una baja del 22,2 por ciento en su producción. Para el último trimestre de 2015 se espera un fuerte repunte interanual.
RIO GRANDE.- Después de tres trimestres consecutivos de caída en la producción, entre julio y septiembre de este año las terminales de teléfonos celulares radicadas en la isla de Tierra del Fuego pudieron mostrar un leve repunte, del 2 por ciento, en su nivel de producción.
Esta suba, sin embargo, no alcanzó para revertir la tendencia a la baja y en el sector anticipan que 2015 cerraría con números negativos, en especial a partir de las nuevas restricciones al giro de divisas al exterior que alcanza a toda la economía.
Según el relevamiento de Carrier y Asociados -una consultora especializada en tecnología- en los primeros nueve meses del año los fabricantes (o armadores) de teléfonos celulares acumulan una baja del 22,2 por ciento en su producción en Tierra del Fuego.
Para el último trimestre de 2015 se espera un fuerte repunte interanual, que igualmente no llegará para recuperar todo el terreno perdido.
La proyección que manejan en el sector es que el año cerraría con una producción de 10,8 millones de unidades, muy lejos del récord de 2011 (el último año sin cepo al dólar), cuando se llegó a los 12,7 millones de móviles fabricados en la isla.
«Para el último trimestre del año esperamos una suba interanual más importante, que se explica principalmente porque la base de comparación de fines de 2014 era muy baja. De esta forma, la caída anual se atemperaría y sería de alrededor del 5 por ciento», pronosticó Enrique Carrier, director de Carrier y Asociados.
A la hora de explicar estos fuertes vaivenes en los niveles de producción, en el sector precisan que la industria fueguina está basada en la importación de componentes y partes para poder realizar el ensamblado de los teléfonos en la isla. Y este ciclo industrial se vio muy afectado por la falta de dólares.
«Con los celulares pasó algo parecido a lo que se vivió con la industria automotriz. La principal razón de la baja de la producción no fue un problema de demanda, sino que las terminales se quedaron sin divisas para girar a sus proveedores internacionales de partes, a lo que se sumó un factor puntual como los problemas de la planta de la firma Brightstar», explicó Carrier.
El punto de inflexión para la industria se produjo en junio pasado, cuando el Gobierno elevó casi 30 por ciento, hasta alcanzar los 300 millones de dólares mensuales, el cupo de importación de partes y piezas para las terminales electrónicas y de electrodomésticos radicadas en Tierra del Fuego, aunque la canilla de dólares se volvió a cerrar en las últimas semanas a medida que se iban reduciendo las reservas del Banco Central.
«En julio nos aumentaron el cupo para el giro de divisas y la situación se había normalizado. Pero a partir de septiembre volvieron los problemas para cancelar el pago de las deudas con los proveedores internacionales y se resintió la producción. Nuestra estimación es que el año cerrará un poco por debajo de los niveles de 2014», señaló Alejandro Mayoral, presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (AFARTE).