Los Guerreros golearon 7-2 a Atlanta, se quedaron con el título de la Segunda División y clasificaron a la Supercopa 2022. Marcaron Haim, Diego Mendoza (3), Brasesco (2) y Leguizamón. El Pana Mendoza fue la figura de la Gran Final.
RIO GRANDE.- El Lobo platense sigue haciendo historia. Tras haber logrado el ascenso, se quedó con el campeonato al imponerse ante el Bohemio en la serie final y reservó su lugar en la Supercopa del próximo año.
Una vez más, el elenco de Nocelli demostró por qué fue justo merecedor del ascenso y título. Superó sin atenuantes al elenco de Villa Crespo y cerró el año a puro festejo. El Lobo platense, la segunda casa de los fueguinos que buscaron una alternativa paralela a los estudios, tuvo en su plantel como figuras estelares a tres riograndenses que tuvieron más participación que otros fueguinos que integran el plantel, se trata de Agustín Cafure, Matías Estrada y Diego Mendoza.
Desde el comienzo, el Lobo mostró su intención de ser protagonista y a los cinco segundos tuvo la primera oportunidad del partido. A los pocos minutos Haim se encargó de abrir el marcador pero Atlanta reaccionó rápido y lo igualó. Más tarde, apareció Mendoza con un doblete para llegar al entretiempo con ventaja de dos.
Y el segundo tiempo comenzó como terminó el primero, con otro tanto de Mendoza para estirar la ventaja. Luego, llegó el quinto, a través de Brasesco, quien recibió de Cafure y aprovechó el hombre de más por expulsión en Atlanta. En el último tramo, ya con el rival buscando la heróica, se dieron los festejos de Leguizamón y otra vez de Brasesco para sellar el campeonato. Después, sólo quedo tiempo para un descuento del Bohemio.
Así, Gimnasia, que ya había cumplido el gran sueño del ascenso, terminó de coronar el año con el título de la Primera B. Un premio que, además de catalogarlo como el mejor del certamen, lo clasificó a la Supercopa 2022, donde competirá los campeones de todas las divisionales y torneos de AFA.
El Pana Mendoza dialogó con Fair Play, programa deportivo que se emite por FM Fuego y recordó lo duro que fue quedar dos años en la puerta del ascenso, pero lo logrado la semana pasada borra todo eso, y saca a relucir los siete hermosos años que vivió en la institución.
“Cuando llegué a La Plata estaba en la incertidumbre de jugar Rugby o Futsal, finalmente me decidí por esto último porque había muchos amigos que jugaban una liga paralela a AFA, con reglas de AFA pero por afuera, hasta que nos decidimos ingresar al gran mundo, fueron dos ascensos consecutivos, los de la D y C, y después siempre competimos en la B pero no pudimos subir en 2018 y 2019, hasta que este año coronamos el sueño de todos”.
“Si bien ya participamos de una Liga Nacional de Futsal Argentina en Ushuaia donde jugamos contra Boca Juniors y San Lorenzo, es un sueño que en la temporada que se viene vamos a estar jugando todo el año con los mejores equipos del país, nos vamos a preparar de la mejor forma posible para estar a la altura y mantener al Lobo en la A por muchos años”.
Diego Mendoza, jugador de Sportivo Río Grande, campeón con Filial River Plate cuando lo dirigía Pablo Cobián, era además el octavo de la primera división del Club Universitario de Rugby, y por algunos años compartió esa pasión a la vez, aunque cuando estuvo al tope con la ovalada dejó un tiempo el fútbol chico para dedicarse de lleno a su club, con el cual consiguió el primer título de esa institución.
En el conjunto platense se destaca además Agustín Cafure, un pivot de mucha clase que lo llevó a ser convocado por el Campeón defensor de la Copa Libertadores de América, Cerro Porteño de Paraguay; el espigador jugador de QRU con el cual se coronó campeón en el Futsal CAFS de Río Grande y fue muchas veces el goleador de los certámenes, jamás había jugado AFA hasta llegar a La Plata y luego fue refuerzo de Sportivo en el Nacional de Clubes en Mar del Plata y no pudo ser de la partida el año siguiente en Termas de Río Hondo cuando fueron finalistas y finalizaron por detrás de Boca Junios.
