¿Qué brujería es esta? Encontraron nieve que brilla al tocarla

El fenómeno fue registrado en una estación de investigación cercana al Mar Blanco, en el Ártico. Es el primer avistamiento documentado de este tipo y ya tiene una explicación.

«Eran como luces azules de Navidad en la nieve», dice Vera Emelianenko, bióloga de la estación de campo que se topó con este fenómeno. Porque no fue producto de una investigación, sino que ocurrió en su tiempo libre, cuando salió a caminar por la nieve junto al hijo de otro investigador y sus perros en una fría noche de diciembre.

Mientras paseaba cerca de la costa del Mar Blanco, le pareció que a la distancia algo emitía un tenue destello en el suelo y decidió acercarse a investigar. Pero a medida que caminaba, sus pasos iban creando rayas azuladas que se iluminaban y contrastaba con el blanco de la nieve.
Pisamos el suelo todos juntos durante unas dos horas para conseguir que las manchas brillaran.

Fue entonces cuando se agachó para recoger un poco de nieve y notó que al presionarla aumentaba su brillo. «Pisamos el suelo todos juntos durante unas dos horas para conseguir que las manchas brillaran”, dijeron los testigos. Luego colocaron la nieve en el microscopio para analizar que estaba generando este resplandor azul y descubrieron que eran unos seres conocidos como “los insectos del mar”.

Y a pesar de que encontraron al culpable de este brillo, el suceso no deja de sorprender a los científicos de ese lugar ya que es la primera vez en 80 años que se observa.

Bioluminiscencia

El brillo no era propio de la nieve, sino que provenía de unos pequeños animales bioluminiscentes llamados copépodos. Son extremadamente pequeños, de solo milímetros, y viven en las profundidades del océano. Constituyen la base del alimento de muchos seres marinos. Esta especie de copépodo en particular, Metridia longa, se encuentra en el océanos desde el estrecho de Hudson, en Canadá, hasta las aguas de Maine (Estados Unidos) y todo el Ártico.

Ksenia Kosobokova, experta en zooplancton marino ártico en la Academia de Ciencias de Rusia en Moscú, explicó que los copépodos probablemente quedaron atrapados en una poderosa corriente en el Mar Blanco que los llevó a tierra, ocasionado el curioso fenómeno. Podría ser que las mareas fueran especialmente fuertes el 1 de diciembre, cuando se dio el avistamiento, ya que la luna era casi nueva y faltaban tres días para el perigeo, el momento en que la luna está más cerca de la tierra. Ambas condiciones hacen que las mareas sean más fuertes.

Pero esta teoría no resultó muy firme ya que pocos días después, el 16 de diciembre, hubo un segundo avistamiento. Esto sugiere que puede que no sea necesario un ciclo lunar único para crear las condiciones adecuadas para tener nieve brillante.

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