WhatsApp es la aplicación de mensajería instantánea líder, con 2.000 millones de usuarios en todo el mundo (un 32 por ciento españoles) que envían más de 100.000 millones de textos al día. Esa enorme actividad comunicativa no siempre se enmarca en la legalidad, ya que existen numerosos comportamientos que los usuarios llevan a cabo en la aplicación y que incumplen leyes como la de Protección de Datos o la de Propiedad Intelectual.
Eduard Blasi, profesor colaborador de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC y experto en protección de datos, señala cuatro de estos comportamientos:
1. Enviar capturas de pantalla de otra persona sin su consentimiento
En las capturas de pantalla se visualizan conversaciones que pueden identificar directa o indirectamente a una persona, lo que podría conllevar una infracción en materia de protección de datos.
Así lo explica Basi: «La normativa en este ámbito se aplica no solamente a los datos identificados —como el nombre y los apellidos, el DNI o el número de teléfono—, sino también a los datos identificables, es decir, a aquellos que permiten saber quién está detrás de la conversación sin llevar a cabo un esfuerzo desproporcionado».
Además de la infracción por protección de datos, en función del tipo de conversación, las personas afectadas pueden reclamar una indemnización por daños y perjuicios, por una posible lesión a su derecho al honor o a la intimidad. En los casos más graves, si se difunde una conversación privada de terceras personas, se podría incurrir en un delito de descubrimiento y revelación de secretos.
2.Difundir imágenes, audios o vídeos de una tercera persona sin su consentimiento
La Agencia Española de Protección de Datos ha impuesto sanciones económicas a particulares en distintas circunstancias por difundir contenido audiovisual de terceras personas sin su permiso. Por ejemplo, por grabar una actuación policial y difundirla sin ocultar ningún dato o, en casos más graves, por compartir fotografías íntimas de una tercera persona a través de WhatsApp.
Ante estas situaciones, la persona afectada podría reclamar una indemnización por daños y perjuicios, por una posible lesión a su derecho al honor, a la intimidad o a la propia imagen. Además, como en el supuesto anterior, si se difunden fotografías, vídeos o audios privados de terceras personas se podría incurrir en un delito de descubrimiento y revelación de secretos.
3.Crear un grupo de WhatsApp profesional sin pedir autorización
La creación de grupos de WhatsApp tampoco está al margen de la normativa de protección de datos. De hecho, para añadir a una persona en un grupo de WhatsApp profesional es necesario pedir el consentimiento previo.
Recientemente, la Agencia Española de Protección de datos impuso una sanción a un club deportivo que había creado un grupo de WhatsApp y había agregado a una ex-socia.
4.Crear un grupo de WhatsApp corporativo o con miembros que no se conocen entre sí
Este comportamiento puede equipararse al envío de un correo electrónico sin copia oculta. La Autoridad Catalana de Protección de Datos (APDCAT) ha sancionado recientemente a un ayuntamiento por crear un grupo de WhatsApp con los ciudadanos, a pesar de haberles pedido previamente el consentimiento. La razón es que, al añadir estos contactos, hay datos que inevitablemente quedan expuestos —como la foto, el nombre, los apellidos o el número de teléfono móvil—, y ello vulnera la confidencialidad.
«En este caso, cuando se trate de un grupo corporativo con miembros que no se conocen entre sí, debería optarse por una lista de distribución en lugar de un grupo, ya que la lista permite el envío de mensajes individuales sin exponer datos de terceras personas», sentencia Basi.
Recomendaciones para protegernos en WhatsApp
En línea con lo anterior, Helena Rifà (profesora de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC) ofrece una serie de consejos para hacer un uso seguro de WhatsApp:
■ Borrar los mensajes que nos lleguen de personas que no tengamos en la agenda: «Estos mensajes pueden ser de usuarios maliciosos que encuentran nuestro contacto de móvil a través de internet o de la web oscura (dark web). Además, suelen incluir enlaces con el objetivo de que los abramos y vayamos a una web maliciosa para intentar robarnos información personal, como datos bancarios, credenciales de acceso…».
■ Mantener ordenada nuestra cuenta de WhatsApp: «Para ello, resulta conveniente salir de los grupos que ya no usamos y eliminarlos».
■ Descartar los mensajes con información muy atractiva: «Especialmente aquellos que inviten a hacer una acción instantánea y que no nos ofrezcan margen para pensar en las consecuencias de lo que estamos haciendo».
■ Revisar las noticias que nos lleguen a través de mensajes que hayan sido reenviados múltiples veces: «Normalmente se trata de noticias falsas».
■ Ignorar los mensajes que avisen de que cierto servicio del que disponemos va a dejar de estar activo: «Por ejemplo, las alertas de WhatsApp que anuncian que va a dejar de ser gratuito y que hay que suscribirse para seguir disfrutando de sus servicios. Hay que recordar que las empresas no utilizan WhatsApp para enviar este tipo de información».