El combo de nueve músicos comandados por Robert Bell eludió la comodidad de sostenerse en los hits y se lanzó a aventuras musicales. La banda brilló esencialmente en los pasajes en los que abordó toques de free jazz y ritmos afros.
A 24 años de su única visita a la Argentina, Kool & The Gang regresó la noche del jueves con un celebrado concierto en el porteño Luna Park en el que, más allá de las obvias revisitas a sus grandes hits asociados indefectiblemente a la moda disco de finales de los ´70, se mostró como una sólida e imaginativa maquinaria funky, que brilló esencialmente en los pasajes en los que abordó toques de free jazz y ritmos afros.
Es cierto que el público que colmó el estadio bailó feliz al ritmo de “Fresh”, “Lady´s Night”, “Get Down On It” y, fundamentalmente, “Celebration”; pero la banda fue por mucho más y concentró sus energía en mostrar una solvencia musical capaz de zambullirse en largas secuencias rítmicas cargadas de creativos solos, en su mayoría, de los instrumentos de vientos.
En una inteligente postura, el combo de nueve músicos comandados por Robert Bell, miembro fundador, eludió la comodidad de sostenerse en los hits y se lanzó a aventuras musicales que, por momentos, evocó el espíritu de las performances de las bandas de James Brown y, en otros, las de Fela Kuti.
Una base rítmica de bajo y batería; una sección de vientos; teclados; dos -y eventualmente tres- guitarras y un cantante principal interactuaron de manera armónica y lograron trasladar esa sensación a los entramados melódicos que fueron apareciendo, en un juego en el que se turnaron los protagonismos.
La sensación del espectador de estar viendo a un puñado de músicos que disfrutaba el momento y el percibir la buena química existente entre ellos hizo el resto del trabajo.
Tampoco se aprovechó cierta asociación de esta música con luces de colores y trajes estrafalarios y se optó por una sobria puesta de luces y apenas unos brillos en la ropa; acaso una señal más del valor que adquiere la dinámica musical en los shows del grupo.
De esta manera, la lógica remembranza a la era disco o la asociación de los clásicos de la banda con el momento del baile en toda fiesta quedaron casi como un merecido permitido.
Tras la emisión en pantallas laterales de un video que mostraba un pantallazo de la presencia de la música de Kool & The Gang en el cine y la televisión, la banda apeló al clásico “Fresh” para el inicio del show.
La continuidad con “Too Hot” y la balada “Joanna” todavía presentaron a una banda pisando terreno seguro, lo que garantizaba interpretaciones irreprochables pero no ofrecía demasiada sorpresa.
Y si “Take My Heart” y “Let The Music Take Your Mind” comenzaron a mostrar algunas facetas más interesantes, el grupo finalmente explotó y alcanzó su estado de gracia con “Open Sesame”, “Funky Stuff” y “Jungle Boogie”, en un combo que tuvo free jazz, rítmicas afro y funky en estado puro.
“Hollywood Swinging” fue una amigable transición hacia la instrumental “Summer Madness”, un viaje climático con un dejo jazzero; para desembocar en “Cherish”, la única balada de la velada.
Se trató de un respiro junto a su sucesora “Let´s Go Dancing”, con su luminosa impronta reggae, para la gran despedida.
Ya con las cartas sobre la mesa y habiendo demostrado que en todo caso los hits son la gran excusa para seguir en la ruta, “Lady´s Night”, “Get Down On it” y “Celebration” pusieron el inmejorable cierre. Ahora sí, la fiesta era completa.