Entre ellas hay 12 representantes de nuestro país que participaron del evento “Ngüren 1 Km”, realizado en Chile. Fue un hecho histórico porque logró reunir a artesanas de ambos lados de la cordillera.
RIO GRANDE.- Quinientas tejedoras mapuches, alcanzaron el primer récord mundial con una pieza textil multicolor de 922 metros de largo y 461 metros cuadrados, creada de manera colectiva. El evento denominado “Ngüren 1 Km, tejiendo memoria, creando mitos que trascienden” se realizó el 21 de mayo de 2022 en la costanera de Puerto Saavedra, Chile, convirtiéndose en un hecho histórico porque además logró reunir a artesanas de ambos lados de la cordillera.
La pieza obtenida representa el arcoiris o Relmü, símbolo de esperanza y alegría ante la adversidad en tiempos difíciles, relacionada a la naturaleza, a la tierra, al sol y a su pueblo. El propósito de las 451 ngürekafe (tejedoras) mapuche de Ngulu (Chile) y Puelmapu (Argentina) apuntó a la visibilización del arte textil indígena mapuche en particular, mostrando la unión entre mujeres de distintas comunidades.
La propuesta cultural al récord mundial fue presentada y estuvo liderada por la Fundación Chilka, de origen chileno y para alcanzar la meta se buscaron nuevas técnicas que sirvieran para unir las prendas tejidas por cada artesana utilizando Witral (telares) de dos metros y medio. Cada artesana tejió un tramo de 2 metros por 50 centímetros con terminaciones especiales que permitieron unirlos para conformar una sola pieza, logrando el telar más grande del mundo de origen mapuche y rompiendo un nuevo Récord Guinness. Este suceso reemplazó la obra realizada en 2017 en China, donde una comunidad que lleva más de 6.000 años haciendo este tipo de arte, reunió a 322 tejedores para realizar un tejido de 380 metros cuadrados.
Sobre la importancia de haber logrado este récord mundial, Ariel Traipi Huilipan, presidente ejecutivo de Fundación Chilka, comentó que “se trató de un largo proceso de aprendizaje que prueba que el diálogo y la unificación de criterios nos permite salir adelante, nos ayudó a entender que el mayor activo que poseemos los pueblos originarios se centra en la colaboración y ayuda mutua (…) En fin, el récord fue una manifestación de unidad en el que paulatinamente nuestro foco se centró en la experiencia más que en el récord mundial mismo. Poner en valor el capital humano y la formidable organización que se gestó a nivel territorial y el apoyo que nos brindaron las familias y gobiernos locales”.