Dispuso la vuelta al trabajo del personal indispensable en una refinería del gigante TotalEnergies apenas un día después de que las autoridades la emplearan en un depósito de Esso-ExxonMobil para frenar la medida de fuerza. Cuatro sindicatos, entre ellos la CGT y FO, y varias organizaciones juveniles llamaron a una huelga general el martes próximo.
FRANCIA (Télam).- El Gobierno francés impuso este jueves la vuelta al trabajo del personal indispensable en una segunda refinería, de las seis que están en huelga en Francia, una iniciativa que busca paliar la extensión de un paro que provoca desde hace días un importante desabastecimiento de combustible en el país.
“El Gobierno asume su responsabilidad” e “inició la requisa de personal para que se haga efectiva a las 14 (9 horas en la Argentina)” en un depósito próximo a la norteña ciudad de Dunkerque, indicó una fuente de la oficina de la primera ministra, Élisabeth Borne, a la agencia de noticias AFP.
Esta medida excepcional, que obliga a los empleados afectados a trabajar bajo pena de sanciones penales, fue aplicada este jueves en una refinería del gigante TotalEnergies, que propone un aumento salarial menor al reclamado, apenas un día después de que las autoridades la emplearan en un depósito de Esso-ExxonMobil.
“Esto es una paralización del conflicto y una vez más están echando leña el fuego”, dijo al diario Le Figaro un delegado sindical del depósito intervenido, quien advirtió que el movimiento “se endurecerá” en todo el territorio.
Crece la carencia
Casi un tercio de las estaciones de servicio francesas, sobre todo en París y el norte del país, carecen de combustible por el paro que mantienen desde fines de septiembre los trabajadores de seis de las siete refinerías del país en reclamo de un alza salarial.
Las largas colas que hacen los automovilistas para cargar nafta o diesel copan desde hace días las portadas de los medios franceses y proyectaron todas las miradas hacia el Gobierno de Emmanuel Macron que, pese de sus llamados iniciales al diálogo, acabó por intervenir ante las crecientes críticas de inacción.
“Siempre se tiende a culpar al Gobierno. [Pero] no podemos reemplazar a todo el mundo”, se defendió el miércoles último el mandatario en una entrevista en la cadena France 2, en la que llamó a la “responsabilidad” a TotalEnergies y a la central sindical CGT.
Obligar a los huelguistas a trabajar es una medida excepcional. El precedente más importante se remonta a 2010, cuando el Gobierno del presidente conservador Nicolas Sarkozy la aplicó con trabajadores de refinerías en huelga contra una reforma previsional.