Los psicólogos parecen estar de acuerdo con la ‘hipótesis de retroalimentación facial’. Esta es la conclusión final.
Parece que el mero hecho de sonreír ya tiene efectos positivos en nosotros. Tras décadas de argumentos a favor y en contra de esta teoría de que incluso fingir la sonrisa puede traernos un poco de alegría a nuestros días más oscuros y mejorar nuestro estado de ánimo, los investigadores parecen haberse puesto finalmente de acuerdo.
De acuerdo con la “hipótesis de la retroalimentación facial”, sonreír debería hacer que las personas se sientan más felices, mientras que fruncir el ceño debería hacerlas más tristes.
El camino hasta hoy
Un estudio de 1988 pidió a las personas que sostuvieran un bolígrafo con los dientes para simular una sonrisa o con los labios para simular una expresión neutra. El estudio encontró que sonreír sin darse cuenta hacía que las personas se sintieran más divertidas cuando se les mostraba una caricatura. Sin embargo, un metanálisis de 2016 que recopiló datos de 17 estudios que utilizaron el mismo truco descubrió que no podían replicar los hallazgos originales. Posteriormente, una revisión de 138 estudios de 2019 concluyó que sonreír influye en las emociones de las personas, pero el efecto fue residual.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford reclutó a miles de personas de todo el mundo para poner a prueba este efecto de la sonrisa. Pidieron a unos 3.800 voluntarios de 19 países que sonrieran o mantuvieran una expresión neutra utilizando varias indicaciones diferentes y luego calificaran su felicidad.
Después de cada tarea (incluidas las tareas de señuelo), los participantes completaron un problema matemático simple, un cuestionario de felicidad y ansiedad y una encuesta de ira, cansancio y confusión para “ocultar el propósito del estudio”.
Según un informe en Nature Human Behaviour, los enfoques aumentaron la felicidad, aunque el efecto fue pequeño, equivalente a mirar fotos que evocaran felicidad.
“De acuerdo con un metanálisis anterior, estos resultados sugieren que la retroalimentación facial no solo puede amplificar los sentimientos continuos de felicidad, sino también iniciar sentimientos de felicidad en contextos neutrales”, escriben los investigadores.
Los resultados mostraron que el efecto felicidad aparecía tanto en presencia como en ausencia de estímulos emocionales.
Los expertos opinan que, quizá, fingir la sonrisa podría influir en nuestro estado de ánimo porque asociamos sonreír con estar felices o porque sonreír activa automáticamente los procesos biológicos asociados con las emociones.
“Es posible que los efectos de retroalimentación facial relativamente pequeños se acumulen en cambios significativos en el bienestar con el tiempo”, escriben los investigadores.