Una caída de agua de 40 metros que puede verse desde distintos ángulos y en todos ellos propone un nuevo descubrimiento. Está a 40 km de Villa La Angostura y bien vale cubrir el trayecto para contemplarla.
NEUQUEN.- Cuando se menciona a la provincia de Neuquén vienen a la mente algunos paisajes bellísimos. Villa La Angostura, con el Nahuel Huapi siempre imponente de fondo. San Martín de los Andes y Junín de los Andes. El gran Parque Nacional Lanín. Villa Traful con su bosque sumergido. Y los inviernos en las pistas de esquí de Caviahue.
De todas formas la provincia tiene, como muchas otras de la Argentina, sus tesoros escondidos. O, al menos, menos conocidos por el gran turismo que llega a sus tierras. En el caso de Neuquén, uno de esos lugares es la Cascada Santa Ana.
El punto de partida para visitarla es Villa La Angostura, muy cerca de la frontera con los hermanos chilenos. El inicio del sendero que lleva a la cascada está sobre la Ruta 231, precisamente que cruza al vecino país. Los primeros pasos de la travesía están justo antes de cruzar el puente sobre el río Pantojo, que está bien marcado para los viajeros que llegan.
Desde la villa, el viaje es de poco menos de 40 kilómetros y unos 120 si el destino de base es San Carlos de Bariloche.
Un lugar único
¿Qué hace de especial a la cascada? Varias cosas. Por un lado, el entorno. Es un salto de agua de unos 40 metros de altura que cae desde una cornisa de basalto. Los que disfrutan de los viajes plácidos simplemente pueden verla desde la base después de la caminata. Los más intrépidos pueden lanzarse a un nuevo trekking de descubrimiento -igual no es indispensable ser un gran deportista para hacerlo- de unos 20 minutos, rumbo a una caverna que está justo detrás del salto. En el trayecto hay bosques de lengas, ñires, cohihues y helechos. Desde allí las vistas del paisaje del salto y del lugar son increíbles.
Para disfrutar del lugar y de la excursión es importante tener en cuenta dos consejos: hay que ir con comida porque no hay comercios en la zona y resulta indispensable llevar gorro y protector solar. El sol en la zona es muy fuerte. También cargar el DNI porque se pasa por una posta fronteriza llamada Paso Cardenal Antonio Samoré.
Aunque muchos viajeros hacen el trekking de manera autoguiada, por una cuestión de seguridad hay quienes prefieren contratar guías especializados que se ofrecen en las agencias de Villa La Angostura y Bariloche. El trekking implica vadear un arroyo, así que para algunas personas la ayuda será necesaria. El paseo en total lleva unas cuatro horas entre ida y vuelta, sin contar el tiempo de permanencia en la cascada; así que es una excursión de todo el día.
Cuando termine el día, quedará en la retina la imagen de las rocas volcánicas y la selva valdiviana. El agua fresca de la cascada. El aire límpido del bosque. Y la luz de la Patagonia, que pocos lugares del país pueden igualar. Fuente: Planeta Urbano, por Diego Jemio.