En el marco del Día Internacional de la Educación, declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2018 en celebración al papel que la educación desempeña en la paz y el desarrollo, referentes e integrantes del equipo de Argentinos por la Educación reflexionan sobre la necesidad de discutir y poner en debate la educación en nuestro país y los desafíos que tenemos pendientes de cara a este año electoral.
Por Gimena Marques da Silva.- Naciones Unidas define a la educación como un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva, y considera que sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa, los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza. Según datos del propio organismo, en la actualidad 244 millones de niños y jóvenes están sin escolarizar y 771 millones de adultos son analfabetos, por lo que su derecho a la educación está siendo violado.
Este Día Internacional de la Educación se celebrará el 24 de enero de 2023 bajo el lema Invertir en las personas, priorizar la educación. Se pedirá que se mantenga una fuerte movilización política en torno a la educación y se trazará el camino para traducir los compromisos y las iniciativas mundiales en acciones.
Desde Argentinos por la Educación consideramos de vital importancia que la educación esté en el centro del debate público, y para que ello ocurra es imprescindible la elaboración y publicación de datos que den cuenta el estado de situación. Partiendo de nuestros informes y datos, identificamos algunos desafíos:
*Reducir las desigualdades educativas. El 40% de los estudiantes que llegan al final de la secundaria están en situación de pobreza. El nivel socioeconómico de las familias incide con fuerza en las trayectorias: entre los alumnos en situación de pobreza, solo el 14% tiene buen desempeño en Aprender.
*Mejorar las trayectorias educativas. Solo el 16% de los estudiantes que comienzan primer grado llegan al final del secundario en el tiempo esperado y con los conocimientos satisfactorios de Lengua y Matemática.
*Fortalecer los aprendizajes de los estudiantes. Los resultados del operativo Aprender 2021 mostraron una importante caída en el desempeño en Lengua con respecto a la evaluación pre pandemia. Este año conoceremos los resultados de Aprender 2022 para el nivel secundario: será clave aprovecharlos para diseñar políticas y estrategias pedagógicas de mejora.
*Ampliar el acceso al nivel inicial. El acceso al jardín de infantes ha crecido en los últimos años, pero aún falta avanzar en sala de 4 (con una cobertura del 89,1%) y, especialmente, en sala de 3 (42,3%). En Argentina la sala de 5 es obligatoria desde 1993 y la sala de 4, desde 2014. Si bien la sala de 3 no es obligatoria, la ley establece que los gobiernos deben garantizar su universalización.
*Avanzar con la extensión de la jornada escolar. El Ministerio de Educación de la Nación impulsó en 2022 la extensión de la jornada simple de 4 a 5 horas en las escuelas primarias, sumando una hora diaria de clase para reforzar los aprendizajes de Lengua y Matemática. En 2019, solo el 14,1% de los estudiantes de primaria asisten a escuelas con jornadas completas o extendidas.
*Jerarquizar la profesión docente. Los docentes ganan menos que otros profesionales con formación similar: la enseñanza se ubica en el puesto 15 en un ranking de ingresos de 18 actividades desempeñadas por trabajadores con educación terciaria o superior.
*Sostener el financiamiento. En los últimos 10 años hubo recortes interanuales en el presupuesto educativo. En 2014 (-2,9%), 2018 (-9,2%), 2019 (-6,9%) y 2020 (-15,6%). Garantizar el financiamiento es una responsabilidad compartida de la Nación y las jurisdicciones, y requiere no solo la asignación de los recursos necesarios, sino también una ejecución eficiente. Según la Ley de Educación Nacional, deberíamos invertir el 6% del PBI en educación.
*Garantizar el calendario escolar. En los últimos dos años el promedio de días de clase en el calendario escolar aumentó de 178 a 184. En 2022 todas las provincias planificaron al menos 180 días de clase, según lo establece la ley desde 2003.
*Consolidar el sistema nacional de información digital. Aunque se creó en 2012, el Sistema Integral de Información Digital Educativa (SInIDE) aún no ofrece un sistema de información educativa nominal (es decir, individualizada por estudiante) con cobertura nacional. Se trata de una herramienta clave para la gestión educativa y para el trabajo pedagógico, que facilitaría un mejor seguimiento de las trayectorias educativas de cada estudiante.
*Habilitar espacios de participación para las familias. En octubre del año pasado, más de 300 personas participaron del Tercer Encuentro Nacional de Familias por la Educación en Rosario (ENFE). En el “Manifiesto por la Educación”, documento de cierre del encuentro, pidieron a las autoridades una mayor escucha y la apertura de espacios de participación institucional de las familias. Sus voces pueden enriquecer el debate educativo.
La lista podría ampliarse: estos 10 desafíos no son los únicos ni tampoco pueden abordarse de manera aislada. Ninguno de ellos exige una refundación del sistema educativo: es necesario, en todo caso, poder reconocer lo que se ha hecho bien a lo largo de distintas gestiones de gobierno y en los distintos niveles del sistema –nacional, provincial, municipal– para poder encarar lo que falta.
Nuestro deseo es que en este año electoral, los argentinos seamos capaces de construir los consensos imprescindibles para garantizar el derecho a la educación para todos los niños, niñas y adolescentes de nuestro país.