El témpano es producto de una ruptura que se produjo en la barrera de hielo Brunt, que en 2021 también sufrió una primera fractura de otro témpano de grandes dimensiones: el A74. En este caso se rompió uno de sus extremos y se generó otro de unos 1.560 km2 de superficie.
BUENOS AIRES (La Gaceta Marinera).- El Ministerio de Defensa informó que, continuando con el desarrollo de la Campaña Antártica de Verano 2022/23, el rompehielos ARA “Almirante Irizar” emprendió el miércoles por la tarde su navegación por el Mar de Weddell y logró flanquear con éxito el témpano A81, que se desprendió de la barrera de hielo Brunt, para llevar adelante el abastecimiento de la Base Belgrano II.
De acuerdo a lo planificado por el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR), el Rompehielos ARA “Almirante Irizar” zarpó el miércoles por la tarde desde la Base Antártica Conjunta (BAC) Orcadas para dirigirse a la BAC Belgrano II, dando inicio a una de las travesías más dificultosas hacia el sur del mar de Weddell.
Alcanzar Belgrano II es un desafío desde el punto de vista náutico, ya que es la base antártica argentina más austral y ello implica una navegación complicada por la presencia del campo de hielo, el que el Irizar cruzará en los próximos días, a partir de las imágenes satelitales disponibles.
A ello se suma, en esta oportunidad, la presencia del témpano gigante denominado A81 que, a través del Departamento Operaciones de la unidad, es monitoreado a bordo por personal experto dependiente del Servicio de Hidrografía Naval: la Licenciada en Ciencias Oceanográficas Ludmila Gómez Saez y el Capitán de Corbeta y Licenciado en Ciencias de la Atmósfera Álvaro Scardilli.
Este témpano es producto de una ruptura que se produjo el 23 de enero en la barrera de hielo Brunt, que en 2021 también sufrió una primera fractura de otro témpano de grandes dimensiones: el A74.
En este caso se rompió uno de sus extremos y se generó un témpano de unos 1.560 km2 de superficie, con un área que abarca 25 millas náuticas de ancho por 30 de largo al que se denominó témpano A81, letra otorgada por el sector de la Antártida en la que se generó: mar de Weddell y el número registrado de estos desprendimientos desde las barreras de hielo.
Adicionalmente, se produjeron otras rupturas secundarias que formaron témpanos de varias decenas de kilómetros de extensión, que también están a la deriva en el sur del mar de Weddell.
La particularidad de esta ruptura, junto con los témpanos y escombros de hielo que se han desprendido del mismo, es que representa un desafío para el rompehielos porque se encuentran en la derrota que debe realizar para llegar a la Base Conjunta Antártica Belgrano II. Justamente la deriva de estos témpanos, del A81 y de los otros secundarios, es hacia el oeste, siguiendo el canal por el cual navega el rompehielos.
Desde antes que se produjera la fractura de la barrera de Brunt, el equipo del Servicio de Hidrografía Naval de a bordo efectúa un seguimiento de las imágenes satelitales y una vez producida dicha fractura se intensificó la frecuencia de su monitoreo. Asimismo, diariamente se realizan los briefings glaciológicos donde se analizan las distintas derrotas para una navegación segura del Rompehielos hacia la Base Belgrano II.
Se estima que el gran témpano, de aproximadamente 150 metros de calado y 90 metros de altura sobre el agua, se está desplazando lentamente hacia el oeste, alrededor de 2 millas por día (aproximadamente 4 km).
Además del seguimiento de las imágenes provenientes de los satélites argentinos que conforman la constelación SAOCOM, información suministrada por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), una vez arribados a la zona del A81 se efectuaron observaciones in situ, por lo cual se realizó un vuelo glaciológico con los helicópteros Sea King llevando a bordo al Jefe del Departamento Operaciones, Capitán de Corbeta Emiliano Santiago, a la glacióloga Gómez Sáez y al Capitán de Corbeta meteorólogo Scardilli, a fin de sobrevolar el témpano, y constatar cuántos témpanos secundarios y escombros de hielo ha liberado, factor que también podrían llegar a dificultar la navegación.
Con esa información, el jefe del Departamento Operaciones, determinó la ruta de navegación más segura para flanquearlo. Simultáneamente, la glacióloga podrá determinar si se observan grietas, las que inexorablemente -en el corto o largo plazo- pueden producir otros desprendimientos dentro del témpano A 81, información de relevancia debido a que éste continuará derivando y desprendiendo otros témpanos y escombros que podrían resultar peligrosos para la navegación de regreso hacia el norte. Además, el Capitán Scardilli podrá analizar cómo se produjo el quiebre de esa grieta en la barrera de hielo de Brunt.
Respeto a este vuelo glaciológico, el comandante del rompehielos ARA “Almirante Irízar”, Capitán de Navío Carlos Recio, destacó la importancia tanto operativa como científica- técnica que reviste: “Utilizamos todos los medios con los que dispone el buque para obtener un conocimiento científico y un rédito para el Servicio de Hidrografía Naval y para la CONAE, que nos está brindando un gran apoyo enviándonos todas las imágenes que el satélite SAOCOM tiene de este témpano gigante y que nos permite hacer el seguimiento para saber dónde y cómo se está moviendo”.
“Es importantísimo realizar los vuelos glaciológicos, e insumir el tiempo necesario para analizar la información científica que tenemos in situ y flanquear el témpano con éxito. Hoy en día no hay ningún otro medio de la comunidad científica internacional que pueda hacerlo”.
Asimismo, respeto al A81 aclaró que desde el punto de vista operativo no representa un peligro porque el buque cuenta con todos los sistemas electrónicos de última generación -que fueron actualizados para esta Campaña Antártica- y la capacidad humana a bordo para analizar y poder tener una navegación segura aún durante la noche, con los hielos y la baja visibilidad propios de la Antártida. “Pero si materializa un obstáculo porque está en el medio de nuestro camino hacia Belgrano II”.
“Lo más importante es que tenemos los medios tecnológicos adecuados, el personal con una capacidad de análisis in situ, empírico y matemático, que es de primer nivel a nivel internacional, y gente con experiencia a bordo que puede entender lo que los técnicos dicen para transformarlo en una operación segura”, destacó el Capitán de Navío Recio.