MANAMA (AFP).- El británico Lewis Hamilton (Mercedes) se impuso con autoridad ayer en el Gran Premio de Bahréin de Fórmula 1 con un ritmo infernal, y aventajó en tres segundos al piloto finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari).
El podio lo completó el otro piloto de Mercedes, el alemán Nico Rosberg, que se quedó sin frenos al final de la carrera, en el momento en el que más rápido era Raikkonen gracias a una estrategia diferente en el cambio de los neumáticos.
Saliendo desde la pole y autor de una gran salida, el doble campeón mundial de nuevo tuvo una tranquila carrera en solitario, como en el GP de China del domingo pasado.
El héroe del día fue Raikkonen, que salió con una estrategia diferente que terminó siendo la adecuada. Es su primer podio desde el GP de Corea a finales de 2013, con Lotus. En tanto, significó su primera subida al cajón con Ferrari desde Monza en 2009, dos años después de conseguir su título mundial de 2007 con la escudería italiana.
Hamilton se escapa
El otro piloto de la Scuderia, el alemán Sebastian Vettel, partía en primera línea al lado de Hamilton, pero fue menos rápido de lo previsto y tuvo dos salidas de pista que le costaron caro.
Vettel fue la principal víctima de las diferentes estrategias que llevaban los pilotos finlandeses en Manama. El cuádruple campeón mundial terminó quinto, pisando los talones a otro finlandés, Valtteri Bottas (Williams), al que nunca pudo superar al final de la carrera.
La pelea por los otros puestos de honor fue bonita e intensa pero ocurrió muy lejos de los Mercedes y los Ferrari.
Gracias a su 36ª victoria de la F1, Hamilton, junto a los resultados favorables de sus rivales, se escapa en la cabeza de la clasificación del campeonato del mundo de pilotos, con 27 puntos de ventaja sobre Rosberg.
Por el lado de los constructores, Mercedes recupera la sonrisa tras la sorpresa que se llevaron con la victoria de Vettel en Malasia (segunda prueba del Mundial de F1): 3-1 contra Ferrari, que va mejorando en cada carrera.