Durante una conversación con el New York Times el miércoles, el director ejecutivo de Tesla dijo que se había desviado.
“Vete a la mierda”.
Así habló Elon Musk durante una charla realmente rara con Andrew Ross Sorkin de Dealbook el miércoles por la noche. En el evento patrocinado por el New York Times, el cada vez más desquiciado CEO de Tesla dijo que no No ser “chantajeado” por anunciantes que, en respuesta a sus recientes y controvertidos comentarios—podrían retirar su dinero de su debilitada plataforma de redes sociales, X. En cambio, Musk aconsejó que cualquier anunciante que estuviera preocupado por su Las ideas coloridas simplemente consideran la posibilidad de irse a la mierda. Entre este grupo demográfico recién bautizado, Musk destacó específicamente al CEO de Disney, Bob Iger, cuya compañía recientemente retiró Sus anuncios a partir de X sobre un comentario que Musk había hecho y que era ampliamente considerado antisemita: “¡Hola, Bob!”, trolló Musk, saludando audiencia, después de decirle a un montón de posibles fuentes de ingresos que se fueran a la mierda.
Todo el episodio fue divertidísimo en el modo extraño y terrible que sólo pueden ser los eventos relacionados con Musk. Los deportes, por alguna razón, una chaqueta de cuero que parecía extraída de algún tipo de película de acción de los años 80, el edgelord multimillonario procedió a disparar después Sorkin le interrogó sobre sus comentarios recientes y le preguntó si sus pensamientos más extravagantes podrían, ya sabe, perjudicar sus intereses comerciales. La conversación procedió a hacer así:
- MUSK: “Espero que se detengan”.
- SORKIN: “¿Tú qué?”
- MUSK: “No hagas publicidad”.
- SORKIN: “¿No quieres que hagan anuncio?»
- MUSK: “Si alguien va a intentar chantajearme con publicidad, chantajeame con dinero, vete a la mierda”.
- SORKIN: “Pero…”
- MUSK: “Vete… vete a la mierda… tú mismo”.
Yo diría que me sorprendió pero, para ser honesto, los comentarios de Musk son muy, muy acordes con su marca. En las últimas semanas, el La boca del multimillonario impenitente ha causado muchos problemas a X (anteriormente Twitter). Además de un tuit que desató acusaciones generalizadas de antisemitismo, él también, justo ayer, decidió tweet sobre pizzagate, que levantó más de una ceja. Los anunciantes, en el caso del episodio “judío”, respondieron sacando sus anuncios de la plataforma, costando así al sitio en dificultades una financiación importante.
Pero, como siempre, Musk claramente no está interesado en una mea culpa (o, aparentemente, para salvar los flujos de caja heridos de su empresa). En cambio, quiere mantenerse firme, incluso si tanques X como resultado.