El veterano arquero y emblema de una de las instituciones más ganadoras de la ciudad, Esteban Sánchez, ha decidido retornar al club de sus amores después de tres años de ausencia. El porqué de su vuelta a Galicia y sobre todo su enorme recorrido en la 40×20.
USHUAIA (Por Lien Tapia).- El libro de pases se sigue moviendo, hay refuerzos, hay bajas, hay rumores, hay portazos, hay despidos y hay regresos. Esteban “Sanjua” Sánchez volverá a vestir los colores de Galicia. El arquero que supo ganar con el Galo todos los títulos que la institución tiene, avizora los últimos años de su extensa carrera en la élite del Futsal local y, por eso, después de tres años de peregrinar pegó la vuelta al club del cuál es emblema.
“Después de tres años decidí volver al Galo. Volví a casa, volví al club de mis amores por decirlo así, un club que llevo dentro del corazón, un club que fue una escuela de vida para mí. Jugué desde que llegué a la isla, es decir 18 años seguidos antes de irme estos últimos tres años, pero siempre miraba a Galicia. Siempre estuve atento a cómo le iba así que nada, sí, obviamente que es mi casa Galicia, yo lo siento así. La decisión de volver estuvo siempre, siempre estuvo en mí volver, siempre conversando con los dirigentes, estando al tanto de todo y sí, obviamente que mi idea es retirarme acá, en casa, donde empezó todo este camino para mí”, relató en función de su decisión.
Con respecto a sus tres años fuera de Galicia y su paso tanto por Camioneros y Comercio, Sánchez contó: “Cuando me fui de Galicia estaba en un muy buen nivel y tuve la suerte de que me llamó un Camioneros que en ese momento estaba diez puntos. Lo malo fue que me tocó lesionarme feo la rodilla y eso hizo que costara mucho competir contra Willy Gómez, que ya de por sí es una bestia y no era fácil seguirle el ritmo. Entrenábamos mucho me acuerdo; también estaba Topalda, era un buen grupo de arqueros pero pasó eso. Si bien pude viajar a la Liga Nacional que nos fue bien y competir, la lesión me fue dejando atrás”.
“Y Comercio fue otra cosa. Me llamó Ruly cuando yo estaba por volver a Galicia y me propuso atajar ahí y jugar con mi hijo. En ese momento no lo dudé, fue un sueño cumplido para mí. Me acuerdo que los primeros partidos se me caían las lágrimas de compartir cancha con mi hijo, el día a día, verlo ahí haciendo lo que tanto le gusta. Y en lo personal creo que tuve un muy buen primer año en el club, y un segundo año regular. Nos faltó el título a lo mejor, estuvimos cerca en Copa Ushuaia, pero no se nos dio. El deporte tiene esas cosas, pero yo siento que con haber jugado con el “Chino” estoy hecho. Ahora que decidí volver al Galo no sé si el Chino querrá venir a jugar con nosotros o no, yo estoy próximo a retirarme, así que será una decisión de él. Disfruté y aprendí mucho estos tres años afuera, me pasaron cosas increíbles y estoy muy agradecido a ambos clubes por la confianza”.
En cuanto a las expectativas para este año declaró: “Me encontré con un muy buen grupo y con las cosas tomadas de forma mucho más serias que antes de irme. Ya el hecho de que el equipo tenga un DT que sepa, más un ayudante y un PF, me parece que habla de que hay intenciones serias, después puede resultar o no, pero como te digo, lo he seguido mucho a Galicia estos años, cuando les tocó jugar en la B, ascender, todo. Y creo que es un Galo muy competitivo, lo demostró llegando a la semifinal el año pasado y eso es algo para pocos por el nivel parejo que hay en la ciudad”.
“En lo personal solo espero ponerme físicamente a la altura y responder en el arco, ese es mi objetivo, no volver solo a mirar, sino a rendir y responder como lo hice siempre con esta camiseta. En cuanto a lo grupal yo creo que al estar las cosas tan ordenadas ahora, que era algo que Galicia no tenía, podemos volver a pelear alto sin dudas, a tratar de estar entre los mejores cuatro, o por qué no un poquito más si es que se dan las cosas”, completó.
Los años pasan, pero las mañas no se pierden: “No hay secretos, uno hace lo que cree que todos deberían hacer. Esto es entrenar a conciencia, no bajar los brazos, aprender, esforzarse, porque el futsal de la isla en general cada vez es más competitivo y si uno se duerme se lo comen los compañeros, hay jugadores y arqueros muy buenos, cada vez mejores. Por eso la única receta es entrenar, estar bien de la cabeza y convencido de que siempre se puede dar más; por eso ahora estoy con la Escuela de Arqueros, para seguir aprendiendo y poder dar lo mejor mientras me toque”.
“No puedo decirte cuánto me queda, eso lo iré viendo con el tiempo, sé que estoy en los últimos años o a lo mejor el último, no lo sé, uno lo va viendo venir pero no lo sabe con certeza, solo espero poder disfrutarlo y dar lo mejor de mí”, enfatizó.
Sánchez integra, además, la Escuela de Arqueros que tanto nutre a los arqueros capitalinos: “Qué bueno que lo mencionás, me gustaría mucho agradecerles a ellos por el trabajo que hacen. Casi no se les da bola a los arqueros, pero Ezequiel Levin y la profe Anabel hacen un trabajo tremendo, yo voy y aporto lo que puedo, ellos me dan el lugar y estoy muy agradecido de ese trabajo porque si te fijás la mayoría de los chiquitos que van a la escuela han llegado a la selección ya sea de CAFS o AFA, y eso marca que el trabajo está bien hecho y vale la pena. Es muy positivo que exista esa escuela acá y que se pueda visualizar el trabajo enorme y desinteresado que se hace ahí, quisiera aprovechar para marcar eso”.
Así, uno de los más experimentados players de la ciudad vuelve a transitar los días en el club que tantas alegrías le dio, el ejemplo de constancia y perseverancia, pero también de sentido de pertenencia a disposición de Sánchez; habrá que ver si el hijo pródigo vuelve con un pan bajo el brazo.