Después de 15 años de una sequía devastadora, los embalses en Chile se están secando, poniendo en peligro el acceso al agua potable en la nación andina.
SANTIAGO (Reuters / NA).- El embalse de Cogotí, en la región de Coquimbo en el norte de Chile, una cuenca con una capacidad de 150 millones de metros cúbicos, se agotó por completo a medida que el verano del hemisferio sur llega a su fin.
“Muy difícil, muy crítico está. Ojalá que Dios se acuerde de los pobres del campo y del criancero”, rogó Heriberto Pérez, un residente local que cría ganado caprino en la región y sufre por la poca agua que hay para sus animales.
En declaraciones a la agencia de noticias Reuters, comentó: “Todos necesitamos un poco de agüita , ¿no es cierto?”.
La sequía histórica impactó sobre casi todos los aspectos de la vida en el mayor productor global de cobre, desde la producción minera hasta las áreas verdes de la capital.
La organización no gubernamental Instituto de Recursos Mundiales clasifica a Chile como uno de los países con mayor estrés hídrico del mundo y que corre el riesgo de quedarse sin suministro de agua para 2040.
Si bien las lluvias ayudaron a reponer algunos embalses en el centro y sur de Chile el invierno pasado, el norte permaneció seco, agotando los embalses en toda la región.
“En nuestra zona no ha llovido, ya hace años que viene lloviendo muy poco”, enfatizó René Carvajal, presidente de un comité local de agua potable rural en Coquimbo.
En un año reciente sólo llovió 15 milímetros y el año pasado no hubo nieve en las cumbres de la Cordillera de los Andes en la zona.
“Nosotros podríamos emigrar de aquí, pero nos vamos a encontrar con la situación del agua, de la falta de agua, en otras ciudades igual”, se lamentó Carvajal.
Y pronosticó finalmente: “En las ciudades se van a ver con restricciones de agua también, si en realidad el agua está escasa aquí y en casi toda la región”.