Escapada bajo cero: qué hacer en Tierra del Fuego

Su capital, Ushuaia, es el destino ideal para quienes buscan disfrutar de la nieve, pero ciudades como Río Grande y Tolhuin no se quedan atrás, con áreas naturales protegidas que vale la pena conocer.

Los amantes de la más fría de las cuatro estaciones celebran la llegada del receso invernal y la ola polar que atraviesa el país es el momento ideal para una escapada a la nieve. Para los que aman los paisajes inundados de un blanco gélido, no hay mejor lugar que Tierra del Fuego para vivir una experiencia única.

Una postal de invierno, el Parque Nacional Tierra de Fuego.

El destino favorito en ese sentido es Ushuaia, la capital de la provincia que año tras año recibe a miles de turistas ávidos por disfrutar al máximo del lugar más austral del planeta. Una de las excursiones obligadas para los visitantes es el viaje en el Tren del fin del Mundo.

La historia del mítico transporte se remonta cientos de años atrás: alguna vez trasladó a los presos que cumplían sentencia en el presidio del fin del mundo.

En la actualidad recorre los últimos 8 kilómetros de ese trayecto original y fue reacondicionado con cómodos vagones y amplios ventanales desde donde se puede observar el río Pipo, mientras atraviesa el hermoso bosque de lengas, árboles típicos de la zona que se imponen en el Parque Nacional Tierra del Fuego.

Con 68.000 metros cuadrados, el Parque es uno de los paseos predilectos de turistas y locales por el marco espectacular que le brinda la Cordillera de los Andes y la diversidad de flora y fauna autóctona que se puede encontrar allí. Otro infaltable de Ushuaia es el recorrido por el canal Beagle hasta llegar al Faro Les Eclaireurs, una de las postales más icónicas de la ciudad junto al paso Garibaldi, un mirador que se encuentra a unos 450 metros sobre el nivel del mar, y permite observar los únicos paisajes naturales de los lagos Fagnano y Escondido.

Duty Free Shop Atlántico Sur, un imperdible para cualquier turista o residente en busca de artículos de primera y marcas de prestigio internacional sin la carga de los impuestos.

Para los amantes de la adrenalina, una buena opción son las pistas de ski y snowboard ubicadas en el Cerro Castor. En su pie, cuenta con el plus de diferentes propuestas gastronómicas en las que se pueden degustar las delicias de la zona como el cordero fueguino y los frutos de mar.

Detalle no menor es que en una escapada a Ushuaia el disfrute comienza desde el momento en que se llega al aeropuerto: el Malvinas Argentinas -concesionado por la firma argentina London Supply Group- fue nombrado uno de los mejores quince aeropuertos del mundo por la revista especializada Travel & Leisure. Además de su arquitectura única, los visitantes podrán disfrutar de un paseo de compras por el Duty Free Shop “Atlántico Sur”, una de las marcas más renombradas con tiendas en distintos puntos de Tierra del Fuego. Coincidiendo con el receso invernal, este free shop lanzó un “fashion sale” a partir del 15 de julio, con descuentos de hasta el 70% en primeras marcas de indumentaria, calzado, anteojos y accesorios.

Otro sitio con mucha historia dentro de la provincia fueguina es Río Grande, su ciudad más poblada y en la que se respira el aire soberano, por su cercanía a las Islas Malvinas. La urbe conserva una identidad muy arraigada a este importante hecho histórico, con diversos monumentos y espacios culturales que cuentan esa parte de nuestra historia como el Museo de Veteranos de Guerra.

El Museo Virginia Choquintel atesora en su haber más de cien años de historia en Río Grande.

Por su parte, el Museo Virginia Choquintel alberga numerosos objetos de los selk’nam, aborígenes que poblaban esas tierras miles de años atrás. A su vez, la Capilla Nuestra Señora de Candelaria es una fiel muestra de la obra evangelizadora iniciada por los monjes salesianos en 1800 y que al día de hoy sigue casi intacta.

Además de su rica historia, Río Grande es la Capital de la Trucha, por tal motivo es un destino elegido entre pescadores de todo el mundo. En cuanto a paseos por la naturaleza, los recomendados son el Cabo Domingo -una masa de tierra desde la que se puede tener una vista privilegiada del océano Atlántico-, la Reserva Natural Punta Popper y la Laguna de los Patos.

La ciudad también cuenta con su propio Centro de Interpretación Ambiental, que ofrece salidas hacia la playa para realizar observación de aves y cuando la marea lo permite, caminatas de bajamar para interpretar la biodiversidad marina.

Cerro Castor, el destino ideal para disfrutar de los deportes de invierno tanto para locales como turistas.

Y justo entre Ushuaia y Río Grande se encuentra Tolhuin, un pueblito de ensueño de poco más de seis mil habitantes. El gran atractivo allí es el Lago Fagnano, uno de los más grandes de la región. Sus cristalinas aguas son ideales para la pesca deportiva y en sus alrededores los visitantes suelen disfrutar el paisaje paradisíaco haciendo senderismo, ciclismo y cabalgatas.

En este sentido, para los más expertos, nada mejor que una escalada hacia la cima del cerro Jeujepen. Eso sí: es necesario un buen estado físico ya que el recorrido suele durar tres horas entre ida y vuelta, aunque las vistas panorámicas lo valen.

Tolhuin también es el hogar de la Reserva Provincial Corazón de la Isla, la zona protegida más grande de la provincia con 90.000 hectáreas. El inmenso predio es ideal para ver de primera mano la gran variedad de flora y fauna autóctonas, incluyendo el huemul, un ciervo en peligro de extinción que habita en la zona.

Laguna Negra, un paraíso para conocer en Tolhuin.

Justamente, la Reserva Corazón de la Isla limita con la Reserva Laguna Negra, otro de los atractivos de Tolhuin. Se trata de una laguna de origen glaciar con una superficie de 1200 hectáreas, aproximadamente, rodeada de bosques, montañas y turbales -conjuntos de algas- que le dan su particular color negruzco. La Reserva tiene un nivel de dificultad de senderismo baja, por lo tanto es ideal para recorrer en familia.

Continuando el circuito se llega al Cabo San Pablo, lugar que alberga al Desdémona, un barco que está encallado en la costa desde 1985 y es una de las postales más reconocidas y visitadas de Tierra del Fuego. En las inmediaciones del Cabo se puede practicar el esquilado de ovejas -actividad típica de la zona- y también hay gastronomía local que se ofrece en la estancia Rolito, una parada gastronómica obligatoria.

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