Celebramos hoy el Día Nacional del Inmigrante

Una historia de país con una política migratoria abierta hace de la Argentina un destino atractivo para los migrantes.

En 1948, después de la Segunda Guerra Mundial, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mediante la Declaración Universal de los Derechos Humanos, reconoció el derecho a migrar, al asilo y a la libre circulación. Es decir, la libertad de desplazamiento de las personas y con ella sus derechos básicos universales. Migrar es un derecho humano, no solo porque está en dicha declaración, sino porque forma parte de la historia de la humanidad.

Desde 1853 Argentina ha interpelado a “todos los habitantes del mundo que quieran habitar el suelo argentino, otorgando igualdad de derechos y obligaciones a nativos y extranjeros”.

La Argentina estableció en 1949 -y en consonancia con lo anterior- que cada 4 de septiembre se celebre el Día de la y el Inmigrante. La fecha hace referencia al primer decreto argentino que fomentó la inmigración (lo dictó el Triunvirato en 1812). Desde 2003 nuestra legislación, la Ley de Migraciones Nº 25.781, reconoce y adopta el paradigma de los derechos humanos para abordar el fenómeno de las migraciones.

La migración, una realidad que atraviesan millones de personas en todo el mundo, nos invita a pensar en sociedades diversas donde el respeto y la garantía de los derechos humanos estén en el centro, sin ningún tipo de discriminación, tal como establece la declaración de 1948.

Historia de nuestros antepasados

Como otros tantos países, Argentina tiene a la inmigración como uno de sus pilares de origen. La Argentina fue poblada por diferentes corrientes inmigratorias en grandes oleadas como la que se produjo entre 1880 y 1914. En ese período, más de 4 millones doscientos mil inmigrantes arribaron al país. La mayoría eran italianos y españoles, pero también llegaron franceses y rusos. Y, además, una inmensa multitud de pequeños grupos de diversas comunidades. En algunas ciudades como Capital Federal o Rosario, los nacidos en el extranjero en 1914 superaban el 50% de la población. En otras zonas, como Catamarca o La Rioja, los inmigrantes conformaban un grupo muy acotado. Esta situación se debe a que la mayor parte de ellos se instalaban en las zonas donde había mayor desarrollo económico.

Crédito foto: Museo Roca – Inmigrantes en el comedor del Hotel. Buenos Aires, 1910.

Un dato revelador es que en esos años poco más de un tercio de esas personas volvieron a sus lugares de origen. Sin embargo, la mayor parte se quedó en Argentina, contribuyendo decididamente a su desarrollo histórico. Una de las medidas que tomó el Estado argentino para recibir a los inmigrantes fue la construcción de un hotel en Buenos Aires, donde los recién llegados pudieran albergarse.

Para los emigrantes el viaje comenzaba en el momento en que partían de su pueblo natal para dirigirse a los puertos. La partida solía ser un acontecimiento colectivo, en el que eran protagonistas grupos de parientes y paisanos que se dirigían al exterior de acuerdo a un itinerario prefijado.

El primer edificio debió cambiarse por otro más importante y finalmente por un tercero que sería conocido como “Rotondo”, por ser un polígono de 16 lados. Este emblemático edificio se ubicaba donde está la actual Estación Retiro del Ferrocarril Mitre. En 1911 fue demolido y se inauguró un nuevo Hotel de Inmigrantes, donde funciona hoy en día el Museo de la Inmigración.

En 1949 el Estado nacional dispuso celebrar el Día del Inmigrante todos los 4 de septiembre, curiosamente recordando una medida establecida en 1812 por el Primer Triunvirato, que brindaba protección a quienes fijasen domicilio en el Río de la Plata.

El camino de los inmigrantes

Crédito foto: Museo Roca (S. Rimathé) – Hotel de inmigrantes “Rotondo”, 1895.

La República Argentina fue uno de los países que más inmigrantes recibió entre 1880 y 1930. Si bien la cantidad de inmigrantes (provenientes en su mayoría de Europa) fue menor a los que desembarcaron en Estados Unidos, Argentina tuvo la mayor proporción de extranjeros en relación con el total de su población. De acuerdo a los datos del censo de 1914, una tercera parte de los habitantes del país estaba compuesta por inmigrantes.

Incluso en los últimos años, Argentina es el país de América del Sur que mayor cantidad de migrantes recibió. Para el 2017 la población extranjera representaba el 4,7%, porcentaje que equivale a casi dos millones de personas.

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