El primer ministro Keir Starmer afirma tratar de reducir los aranceles de la UE, lo que beneficiaría a la flota de Vigo.
La pesquería del calamar en Malvinas es un recurso clave para la flota de empresas mixtas de Vigo y para la economía de las islas. Pero ahora se sitúa también como un tema de interés estratégico en las negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea a la hora de abordar y, eventualmente, mitigar algunos de los efectos del Brexit que impulsa el nuevo Gobierno laborista. En este contexto, el futuro de los aranceles aplicados al calamar importado desde este caladero habría pasado a jugar un papel central en las discusiones, que definirán también la competitividad y la viabilidad de la flota viguesa, según informan medios internacionales.
Al abandonar el Reino Unido la Unión Europea, la situación de la pesca en las islas controladas por el Gobierno británico cambió, viéndose obligada a asumir un arancel del 6 % sobre las capturas. Con todo, ambas partes acordaron en 2021 y de forma temporal la entrada en la UE de hasta 75.000 toneladas de calamar provenientes de las Malvinas exentos de los aranceles. El año pasado no se alcanzó este umbral, después de que las condiciones del recurso obligaron a suspender una de las campañas de captura. Sin embargo, en 2022, la flota alcanzó incluso las 100.000 toneladas de captura, una cifra récord que, sin embargo, también significó una carga arancelaria debido a que superó los volúmenes establecidos para la exención.
La negociación actual en torno a los aranceles será decisiva para la industria de Vigo y las empresas mixtas que dependen de este caladero. Según informó el diario “Político”, que califica a las negociaciones como “el juego del calamar”, tanto la Unión Europea como el Reino Unido ven en esta pesquería un tema de especial importancia.
Ante las peticiones trasladadas desde Malvinas, el primer ministro Keir Starmer prometió hacer “todo lo que podamos” para reducir los aranceles comerciales, lo que también beneficiaría a la flota de Vigo, al tiempo que describió su relación con las Malvinas como “personal” (su tío estuvo cerca de la muerte durante la guerra de 1982 con Argentina por el territorio).
Las Malvinas temen ser relegadas si la UE usa este tema como moneda de cambio para sus propios intereses en otras áreas que podrían no ser tan populares en el Reino Unido. Según “Político”, la administración de las islas intentó incidir en ministros británicos desde el Brexit en 2016, señalando el efecto negativo de los aranceles para productos como el calamar.
Teslyn Barkman, legisladora de las Malvinas, explicó que afectan seriamente la economía local, especialmente debido a las tensiones con Argentina. Resalta que la economía de las islas depende en gran parte de la exportación de calamar al mercado europeo, que llega principalmente a través del puerto de Vigo. Por ello, el Gobierno de Malvinas espera el apoyo del nuevo ministro británico para las negociaciones con la UE.